viernes, 27 de mayo de 2011

Cuando se es madre, nunca se está sola en sus pensamientos. Una madre siempre debe pensar por dos, una vez por ella y otra por su hijo.....

En mi caso debía pensar por seis, por mi y por cinco hijos, no podía darme el lujo de equivocarme tenía que pensar bien cómo iba hacer las cosas....

Raúl, mi esposo, el padre de mis hijos, se había convertido en un hombre agresivo, calculador, sabía que podia intimidarme, delante de los niños, porque yo jamás iba a permitir que los niños sintieran miedo o se dieran cuenta de su agresividad, él se había dejado seducir por el alcohol y prácticas espiritistas que me causaban mucho miedo, por mi y por los niños, cuando tomaba mucho entraba como en un trance de posesión espeluznante, cambiaba la voz, hablaba en otras lenguas, incluso con otro tono de voz, y se volvía mucho, muy agresivo, una vez hubo que sostenerlo entre 4 hombres incluyendo a su hermano y no pudieron con él se los quitaba de encima como si fueran hormigas, rompió mesas, sillas, puertas, una fuerza incontrolable se apoderó de él, y desde ese día, empecé a temerle, tanto que procuraba siempre no hacerlo molestar, menos delante de los niños, no quería por nada del mundo que mis niños lo vieran en ese estado,  o que se pusiera agresivo conmigo y los pobres niños se fueran a desesperar, en fin, siempre traté de comportarme lo mas sumisa que pude, siempre traté de hacerle entender las cosas razonando con él, nunca le falté ni busqué enfrentamientos de ningún tipo con él, cuando empezaba a dar señales de molestia, trataba de calmarlo recordándole que los niños podian escucharlo, y bueno él supo aprovecharse de eso para manipularme, presionarme e intimidarme.

Así que bajo engaño me hizo ir hasta aquel lugar, de la finca donde estábamos al pueblo mas cercano, que es la Sierra de Imataca, son cuatro horas a pie, son fincas muy grandes, por lo cual todas están alejadas, no había forma que escucharan nada de una casa a otra, en donde estábamos no había carro, sólo un caballo, que él usaba para ir a las siembras y a las fincas cercanas.

Yo llegué a la finca de noche, la ansiedad de ver a mis niños, no me permitió darme cuenta de las distancias, sólo queria llegar pronto, el carro en que me llevaron hasta allá me dejó y se marcharon de una vez,  al dia siguiente fue que empecé a caer en cuenta que estaba alejada del mundo y bajo esta premisa debía tener mucho tacto, no debía tentar la agresividad de Raúl, porque quién sabe que cosa era capaz de hacer.

Desde el mismo dia que llegué hasta que logré irme, estuve tramando cómo escaparme de ese lugar o cómo hacerle entender que no podía dejarme allí a la fuerza.

Los primeros dias me invadió la desesperanza y él se alteraba,  me decía que no perdiera mi tiempo, que allí me iba a quedar. Dejé pasar los días, para que él se calmara y dejara de estar a la defensiva, que dejara de pensar que me iba a escapar en cualquier momento, y para que los niños  no percibieran violencia entre su papá y yo.

"Cuando tenga oportunidad me iré" pensaba, "mientras tanto mejor trato de llevar esta fiesta en paz", porque además siempre existió la amenaza de quitarme a mis niños si yo me iba, me sentia acorralada, entre la espada y la pared, asi que respiré profundo y dejé pasar los días.
"Aquello que no se puede evitar se hace más llevadero con la paciencia"
Siempre soñé con tener una casa en el campo, donde los niños pudieran correr, jugar, tener animales, eso buscaba cuando me fui a vivir a Santa Ana, yo tengo sangre campesina en mis venas, adoro la vida campestre, y él trataba de calmar mis ganas de irme, diciendo que aquello era lo que habíamos soñado, y que alli viviríamos felices, pero nada de eso era nuestro, y era una tonteria ilusionarse con algo ajeno. Sin embargo, el aire del campo, me ayudaba a sobrellevar esa situación, ya que no podia irme, no me quedaba mas que hacer felices los dias de mis hijos, ellos estaban encantados se sentían como peces en el agua, nunca los vi tan contentos, tan en su ambiente, tan en lo que les gustaba y lo que querían.

Todo los hacía felices,  sembrar, cosechar, cuidar los animales, ver nacer pollitos, patitos, gansos, ovejas y pare de contar, su padre sabe mucho de campo, por lo que puso a producir la finca en poco tiempo, el dueño de la finca estaba muy contento con él, y eso era bueno, porque en la finca había de todo, el dueño llegaba con cargamentos de comida y de cosas que necesitábamos para los niños, se puede decir que todo era casi perfecto.

Bajo estas circunstancias, viendo la cara de felicidad de los hijos todos los dias, una madre empieza a pensar, Dios... ¿será que por mis hijos debo aceptar quedarme aquí.... será que si yo le doy otra oportunidad él reflexiona y trabaja lo suficiente para dar a los niños y a mi la vida que yo quiero? estaba confundida, en esos casos el amor a los hijos y el bienestar de ellos está por encima de todo, los dias seguian pasando y yo en cierta forma  disfruté de mi encierro, siempre que yo no le mencionara que queria irme, él estaba tranquilo, contento, sereno y amoroso, apenas le tocaba el tema se enfurecía y yo volvía a callar.
"No hay nada tan malo que no pueda ser peor, ni nada tan bueno que no pueda ser mejor"
Cuando me notaba tranquila, tomaba confianza y me permitia acompañarlo a la ciudad para hacer compras para la finca y para nosotros y conocer algunos sitios, así los niños también podían salir de la finca, aprovechaba para ver donde estaban ubicados los lugares que iba a necesitar para cuando pudiera salir de allá, como el terminal de pasajeros, centros de llamadas, hospital y la jefatura de policias, cuando planeaba las salidas, él le pedía al dueño que mandara a buscarnos en carro, asi mismo nos regresaban a la finca y el carro se lo llevaban de nuevo.

Yo llegué a la finca a mediados de septiembre 1998, iniciando octubre logré convencerlo que los niños debían estudiar que no era justo que también los dejara encerrados a ellos, fuimos varias veces al colegio del pueblo, pero nos pusieron muchas trabas, decian que era muy complicado para ellos salir del campo a pie para llegar al colegio, que lo mejor era sacarlos de la finca, que viviendo allá no iban a poder estudiar, y eso lo enardecía, porque yo aprovechaba para decirle que tenían razón, que me dejara ir, que no podia tenernos aislados, lo único que conseguía era desatar su furia y que ya no quisiera saber nada del colegio.

Fianlmente no pudimos inscribir los niños, ese año escolar lo perdieron, me tocó empezar desde cero nuevamente a crearle confianza, para que cediera un poco, pasaron unos dos meses mas y ya me permitía ir al pueblo, pero sólo con mis dos hijos varones mas grandes Carlos Eduardo y Rauvy José, nunca me dejó sacar a Raúl y a Claudia, sabía que yo no me iría dejando mis bebés con él, entonces yo sólo aprovechaba de ver cuanto tiempo me llevaba caminar hasta el pueblo, que posibles peligros me iba a encontrar, todo esto lo pensaba y lo tramaba para mis adentros, nunca le hice ver nada a los niños, no quería mortificarlos, así que para ellos era normal que yo saliera con ellos a comprar y me regresara siempre a la finca, no habia forma que pudiera intentar nada sin que los niños sufrieran.

Aparte de esta agonía, nuestros dias pasaban entre cuidar los animales, sembrar y cosechar, fue una aventura tanto para ellos como para mi, descubrimos y disfrutamos muchas cosas, de comer una fruta fresca recien bajada de la mata en forma natural y saludable, carnes frescas, verduras recien sacadas de la tierra, en fin muchos detalles de nuestros meses en la finca jamás los olvidaremos ni ellos ni yo, a la par de esto me angustiaba mi hija Jessica, que había quedado con mi mamá y yo no sabía cómo estaba, él no me dajaba ni llamar, decía que iba venir a Caracas a buscarla, y yo trataba de disuadirlo, porque ella ya estaba grande y se iba a dar cuenta de lo que estaba pasando, lejos de yo sentirme tranquila por tenerla a mi lado, acrecentaría mi angustia, sería una preocupación mas verla sufrir y desesperarse por lo que estaba pasando, además teniéndola en Caracas tenia una excusa mas para que me dejara venir, después dejó de insitir en buscarla, porque me dejó llamar y supe que mi mamá la había inscrito en el colegio, entonces le insistí que llevándola a la finca la haría perder también el año escolar.

En la finca aparte de él habían algunos hombres que trabajaban allí y que él supervisaba, eran indios que traian a trabajar a las fincas de esos lados, uno de ellos se dió cuenta alguna vez de la agresividad de Raúl conmigo, y empezó a decirme cosas a sus espaldas, que si me ayudaba a escapar, que tenía para donde llevarme y no sé cuantas cosas mas, eso lejos de esperanzarme me causó mucho temor, me aterraba pensar que ese hombre vulgar y baboso creyera que podia tener alguna oportunidad de nada conmigo, de sólo pensarlo me daba asco,  mi esposo con todo y lo malo, era mi esposo, jamás permitiría qe ningún hombre me montara la mano encima, por ninguna razón, este fue otro motivo del que me aproveché para persuadirlo, diciéndole que en su ausencia ese hombre podia intentar algo, contra mi o los niños, cualquier cosa que Dios me ponía en el camino para persuadirlo a que dejara irme yo la aprovechaba, le llené la cabeza de muchas razones para que entendiera.

Mi hijo Carlos que contaba en ese entonces con 9 años empezó a darse cuenta que algo estaba pasando, cuando su padre tomaba mucho, se embriagaba y empezaba a golpear cosas y me sujetaba a la fuerza para que lo complaciera en cualquier cosa que se le ocurriera, yo me los llevaba al cuarto, y me acostaba con ellos, para que él se quedara quieto y no me molestara mas.

Cada borrachera, era un tormento, aunque yo le pedía de todas las formas posibles que no tomara, él no me escuchaba y tomaba hasta que caia en el suelo inconsiente, y en ese trayecto de emborracharse me hacia la vida cuadritos, era desesperante todo aquello, un dia no aguanté mas.... tuvo una de su peores borracheras, me trató horrible, aunque nunca llegó a golpearme, su agresividad y rudeza era de temer, sólo con la mirada me parecía que queria deshacerme en pedazos, no se atrevía por los niños y realmente yo no lo provocaba, cuando lo veía así era cuando mas callada me quedaba.

Cuando empezó a tomar empecé a planear, cuando cayó en el suelo inconsiente, corrí a buscar un bolso con cosas imprescindibles, para mi y la bebé, mi hijo Carlos me ayudó a quitarle las llaves que siempre las guardaba en sus bolsillos, para abrir los candados, volver a cerrar y dejárselas en el bolsillo, ya eran cerca de las 5:00 pm, sabía que me iba a agarrar la noche en el camino al pueblo, queria llevarmelos a todos pero era arriesgarlos, estaba desesperada, no pensaba, les miré la carita a los tres que me vieron con Claudia en los brazos, sus lágrimas corrían por sus rostros y yo no sabía que hacer, había llegado el momento que tanto temí, irme para buscar ayuda, pero tenerlos que dejar para minimizar el peligro en el camino, no sabía que decisíón tomar, y era cuestión de horas para que Raúl se despertara de nuevo, debía pensar rápido, Raulito lloraba desconsolado y me pedía que no lo dejara que quería irse conmigo, fue en ese momento que entendí que por mas que yo traté de disimular todo ese tiempo ellos si se habían dado cuenta que algo no estaba bien, amaban a su padre pero también le temían y no querían quedarse con él, pero no podía llevarlos a todos, Dios que desesperación.......

Yo no terminaba de decidir que hacer cuando Carlos secó sus lágrimas y dijo. " mami, vete con Raúl y la niña, yo me quedo con Rauvy, yo lo cuido, hasta que tú vengas a buscarnos" por Dios... mi pobre niño había estado todo ese tiempo callado viendo y callando, y esperando igual que yo la oportunidad para irnos de allí, y yo lo supe en ese momento, lo abracé y le dije "hijo confia en mi, yo voy buscar ayuda y voy a volver a buscarlos, no tengas miedo, yo voy a volver, te lo juro".... los abrace y besé a los dos y sali de la finca, empecé a caminar con los dos niños, que pronto se cansaron, no iban a aguantar 4 horas caminando, los cargaba de a ratos uno por uno, Raúl tenía 5 añitos y Claudia 4, estaban muy pequeños y no podía forzarlos a caminar rápido sólo podia ir a su ritmo y cargarlos cuando se cansaran, pero empezó a oscurecer después que teniamos una hora y media caminando, yo en mi apuro no llevé ni una linterna, cuando oscureció completamente los cargué a los dos, estaba muy asustada, temía que los picara una culebra o los mordiera cualquier animal, caminé con los dos cargados un buen rato, diciéndoles que no pasaba nada que ya ibamos a llegar, sabía que aún me faltaban dos horas en ese camino oscuro y con peligros, no dejé de pedirle a Dios ni un momento, "Diosito por favor, ayúdame, no me abandones, mi Dios bendito, mándame un carro que nos saque de aqui, Dios por favor escúchame" una y otra vez le pedi a Dios sin pausa, hasta que escuche un carro a lo lejos y vi la luz que empezó a acercarse......!!
"Ahí estaba la mano poderosa de Dios levantándome nuevamente de mis miserias, sacándome de aquella desesperación"

Era una camioneta pick up, que andaba de visita en una de las fincas, llevaban gente en la parte de atrás, me preguntaron donde iba, les dije que al terminal de pasajeros, me invitaron a subir y me dejaron en el terminal en la ciudad de San Felix donde ellos iban. LLegamos al terminal, y ya no quedaban pasajes a Caracas, me dijeron que el último autobús salia a las 10:00 pm, que podía esperar a ver si alguien no llegaba, entonces podrían darme los puestos, eso significaba esperar hasta tan tarde sin saber si ibamos a poder irnos, pero no me quedaba otra opción.

Mientras esperaba uno de los choferes se acercó a mi, para decirme, que si yo quería podia darme los dos puestos...... pero que ya yo sabía como iba a pagar... que cruz la que llevo conmigo, pensé, siempre hay un baboso queriendo sacar provecho de mi, que les pasa a los hombres.... le dije que me dejara en paz, se alejó pero no dejaba de mirarme en forma asquerosa, y empecé a temer por mi y por los niños, yo en mi desesperación salí de la finca sin pensar, y ahora no había oportunidad de irnos, y quedarme allí hasta tan tarde esperando, ponía en riesgo nuestra seguridad..... esperé un rato mas todos los pasajeros llegaron y el hombre volvió a insitir ofreciéndome dos puestos a cambio de mi dignidad, no aguanté mas el miedo y tomé un carro de regreso a la finca.

De regreso, después que me atreví a irme, después que logré salir de aquel campo, no había pasajes disponibles para viajar....y qué me esperaba en la finca?, un hombre alterado, muy molesto, me daba miedo, pero mas miedo me daba quedarme en ese terminal lleno de hombres, capaces de cualquier cosa.

Para colmo el chofer que nos llevó de regreso no quería llegar a la finca, pretendía dejarnos en el pueblo, le pedi por todos los medios que no me dejara allí con los niños, me dejaría a cuatro horas a pie tan avanzada la noche, sólo dijo que si nos llevaba a hasta la finca cobraría el doble, y yo sólo contaba con ese dinero con el que iba a pagar los pasajes a Caracas, entonces me quité mi cadena, zarcillos y anillo y se los dí a cambio que me llevara hasta la finca y aceptó.
Llegamos llamé a mi hijo Carlos y él salió a abrirme, todavía con sus ojitos hinchados de tanto llorar, ¿qué pasó mami, por qué te regresaste? me preguntó, "nada hijo, tranquilo, Dios no dispuso que pudieramos irnos" 
¿ y tu papá? "aún duerme, no se despertó", me dijo; entonces colocamos todo en su sitio, cambié a los niños y nos acostamos, a él lo dejamos ahí tirado en el piso.

Les dije a los niños, "no le vamos a decir nada, seguro tendremos otra oportunidad, hay que guardar dinero de nuevo, para podernos ir todos", entonces Carlos me respodió "ya yo lo tengo guardado mami, le quité lo que tenía en los bolsillos y es bastante, para irnos todos......"

De cierta forma, me sentía mas tranquila, ya sabía que si podía hacerlo, sólo debía planificarlo mejor, además ahora tenía a los niños de cómplices, ya no estaba sola en mis planes. Así que seguimos en la finca tranquilos, sin levantar sospechas, y sin provocar la ira de mi esposo, pasaron nuevamente los días, cada vez que podía cuando lo veía tranquilo, le pedía que me dejara ir, que no iba a poder tenerme encerrada toda la vida, siempre se negaba y se molestaba.

Era época de elecciones, lamentablemente ganó las elecciones quien hoy gobierna a Venezuela, y al dueño de la finca se le complicaron las cosas, y le dijo que ya no podía tenernos a todos en la finca, que sólo podía quedarse él, yo no lo podía creer!!!! al fin llegó el momento de irnos de allí, ya no podía tenernos en la finca, sin arriesgar a los niños, sin situaciones dificiles, ni angustiantes, nos ibamos....."El tiempo de Dios es perfecto"

Raúl por supuesto no lo aceptaba, no hallaba qué hacer para que no nos fuéramos pero sólo estuvimos una semana más y finalmente nos dejo ir, no si antes advertirme  "en cuanto saque la siembra, me voy a Caracas a buscarlos" yo no decia nada, sólo quería marcharme de allí, recogimos nuestras cosas, nos llevó al terminal, y nos largamos al fin!!!

No dormí esa noche, en el camino sólo pensaba en qué iba hacer al llegar, a dónde me iba a ir para que no me encontrara, de qué ibamos a vivir..... todas mis ganancias estaban en el banco, no había gastado casi nada, claro desde que llegué a la finca pasaron tres meses que ni siquiera me acerqué a un banco, con eso podiamos vivir unos dias mientras resolvía que hacer.

Por ahora los dejo, en el próximo post sabrán cómo hice para subsistir en Caracas, y qué pasó con todas nuestras cosas que habían quedado en Santa Ana.

Hasta el próximo post y gracias por leerme

domingo, 15 de mayo de 2011

Cuando empezaba a encontrar las respuestas..... me cambiaron las preguntas....

"Por muy larga que sea la tormenta.... siempre vuelve a brillar el sol entre las nubes"
La temporada fue exitosa.... no llegué a ser la primera pero si fui la segunda en ventas, estaba muy satisfecha del trabajo que había realizado, y esperaba tener pronto el grueso de mis ganancias, empecé a hacer planes, soñaba con mudarme de Santa Ana, empecé a buscar una casita en los pueblitos cercanos a La Puerta, pude comprar algunas cositas para la casa  y pude comprar muchas cosas para los niños.... sentía que el sol volvía a brillar para mi y mis niños, terminó la temporada y tuvimos dos largas semanas de descanso, aproveché de venir a Caracas a buscar a las niñas y traer los niños para que mi mamá los viera.

Regresé al pueblo y empecé la tarea de convencer a Raúl para irnos de Santa Ana, se acercaba la próxima temporada, Carnaval 1998, era mas corta en tiempo pero requería el mismo esfuerzo de lunes a lunes, y quería mudarme cerca del hotel, para tener los niños cerca, y poderlos ver a diario aunque estuviera trabajando.
Pero fue imposible, no hubo forma de convencerlo, y menos con ese argumento, ya que él no estaba dispuesto a dejarme ir nuevamente a Guadalupe.
Empezó nuevamente la guerra, él en su posición y yo en la mía, no iba a ceder por nada del mundo, no iba a perder lo que había logrado hasta ese momento.

 Así que discutíamos casi a diario, la situación cada vez era mas insoportable tanto para él como para mi...... hasta que un día me dijo "me voy.... no puedo soportar mas esto" me quedé helada, sin palabras, no pensé que iba a tomar esa decisión, pensé que iba a entenderlo, pero no fue así, continuó diciendo "tú no quieres dejar ese trabajo, y yo no quiero que trabajes, así que me voy a Puerto Ordaz" contesté ¿Cómo te vas a ir? ¿Qué voy hacer aquí sola con los niños? me contestó "haz lo que quieras.... yo me voy"

 Puerto Ordaz era para aquel momento una ciudad nueva en el país, pujante y próspera, está ubicada en el estado Bolívar, donde se encuentran todas las empresas básicas de Guayana, por lo cual es una ciudad muy costosa, Raúl tiene algunos familiares que viven allá y lo habían recomendado para cuidar y supervisar la producción  de alimentos y cría de animales de una finca en las afueras de la ciudad, exactamente en la Sierra de Imataca en el Delta Amacuro.

 Este lugar se encontraba al otro lado del país, mas o menos 24 horas de viaje por carretera desde Trujillo, necesariamente hay que hacer escala en Caracas. Todo esto lo estaba escuchando y me estaba dando vueltas en la cabeza, sin poder reaccionar, si bien es cierto que viví mas de dos años sola con los niños en Santa Ana, Raúl siempre estuvo pendiente de nosotros, no nos había abandonado, estaba en Caracas porque aquí trabajaba , pero ahora me estaba diciendo, me voy, me separo de ti, y mientras me seguía dando una y mil razones para dejarme sola con los niños, yo sentía que el piso debajo de mis pies empezaba a moverse, él era mi esposo, yo me había casado para vivir con él toda la vida, teníamos cinco hijos, y yo esperaba que él entendiera que mi empeño en trabajar era para ayudarlo, no esperaba que me abandonara......

 Después con todo lo que decía me di cuenta que su familia tenía las manos metidas en todo esto, a ellos no les importaba que él nos dejara, era lo que querían, y lo habían conseguido.....
Traté de calmarme, esperando que la crisis pasara y él desistiera de irse, pero no fue así y en dos días recogió sus cosas en una maleta, y se despidió de los niños y de mi...... yo no podía reaccionar se fue y me quedé muda, los niños lo vieron irse, me preguntaban ¿qué iba a pasar, cuándo lo volverían a ver? y yo no decía nada..... Esta fue la primera vez en mi vida que sentí literalmente que me "dolió el corazón", yo no estaba a esa altura locamente enamorada de mi esposo, la miseria, las carencias, la soledad y su falta de consideración para conmigo había matado ese amor romántico de cuando éramos novios..... pero yo lo quería, era mi compañero, era el único apoyo con el que contaba, era mi esposo, el padre de mis hijos, yo no quería separarme.....no quería que me dejara sola y me dejó....

 Mis lágrimas volvieron a irrumpir amargamente en mis ojos, lloré desesperamente toda esa noche, le pregunté mil veces a Dios ¿Por qué..... por qué no pudo entenderme, por qué fue mas fuerte su orgullo, su machismo, sus celos, su egoísmo..... que el bienestar de sus hijos?
Los niños no terminaban de entender que había ocurrido, terminé convenciéndolos que se había ido de nuevo a trabajar, y que pronto lo veríamos de nuevo, pero yo sabía que no iba a ser así...
Lloré y lloré hasta que no tuve mas lágrimas, me desperté al día siguiente, mandé a llamar a la señora que cuidaba de los niños, le expliqué la situación, y le pedí que me ayudara a cuidarlos, que le iba a pagar bien, yo me las iba a arreglar por todos los medios de venir cada dos o tres días durante la temporada.
Ella aceptó y yo me fui a trabajar, ya contaba con mas dinero, podía pagar un carro expreso desde Guadalupe hasta Santa Ana los días mas suaves de trabajo, y me devolvía a Guadalupe en las mañanas, pasaron las dos semanas de temporada volví al pueblo con mas dinero, y seguía en mi búsqueda de una casita cerca de Guadalupe, pero no era fácil encontrar algo que pudiera pagar, ya no quería alquilar, quería comparme una casa aunque fuera pequeña, pero no me alcanzaba lo que había ahorrado, debía seguir trabajando y ahorrando.

Que nadie ni nada se interponga entre una tarea difícil y tú, que nadie te niegue esa espléndida oportunidad para cobrar fuerza, maestría y merecer el éxito.
Continuaron pasando los fines de semana trabajando en Guadalupe, se acercaba la temporada Semana Santa 1998, mi seguridad y firmeza en las ventas crecía, contaba con muy buenos maestros, Guadalupe era una escuela que había fortalecido mi carácter, mi confianza, sin toda esa enseñanza jamás hubiera soportado y superado aquel abandono, y lo que es peor, continuar viviendo en aquel pueblo donde tenia muy pocos amigos. 
 
En cambio en Guadalupe encontré gente que me quería y a las que aprendí a querer y a respetar, dos de ellas mis amigas Saillyne Suarez y Arlen Viloria, compañeras de alegrias y tristezas, de trabajo y de celebraciones, de triunfos y fracasos, cómplices y hermanas, hasta el día de hoy nuestra amistad sigue viva y cada vez mas fuerte, compartimos muchas vivencias, nuestros comienzos en ese mundo tan fascinante y adictivo, donde ganar dinero sólo depende de ti mismo, hoy en día Arlen Viloria es Subgerente de Ventas en otro complejo Vacacional en Trujillo, y Saillyne Suarez aunque se dedica a su profesión, siempre vuelve a trabajar en tiempo compartido en temporadas altas.
Mi trabajo se convirtió en parte vital de mi existencia, adicionalmente, me apasionan las ventas, aprendí a encontrar en ellas motivos de satisfacción, y quería a alcanzar grandes cosas a través de mi trabajo.
Llegó la temporada alta y salí airosa de ella,  empezamos a trabajar fuertemente en prepararnos para la temporada mas larga e importante en este negocio, Agosto 1998 era la temporada donde iba a conseguir el dinero que me faltaba, para comprar la casita, cambiar los niños de colegio, y mandarlos de vacaciones para yo poder trabajar durante dos meses seguidos.
Me llené de esperanzas, de grandes espectativas y debía empezar a planificarlo todo.....
 La esperanza es una de las motivaciones más fuertes que tiene el ser humano.
Hablé con mi mamá y estuvo de acuerdo en que le trajera los niños, asi que los traería de vacaciones a Caracas, y yo podría trabajar con mas tranquilidad, por supuesto, mi mamá no estaba muy de acuerdo con mi trabajo, insitía que debía conseguirme otro trabajo, que ese no era un trabajo normal, pero bueno finalmente acepto cuidarlos durante las vacaciones.

Mientras preparaba todo para traerlos a Caracas, recibí una llamada de Raúl, después de cinco meses sin saber nada de él, llamó para preguntar si ya los niños habían terminado las clases, ya que quería llevarselos a la finca donde estaba, para que pasaran las vacaciones con él. Aunque me sorprendió su llamada y me volvieron a invadir las incertidumbres, había madurado mucho este tema, entendí que cuando una pareja no funciona, lo mejor es separarse, no se puede mantener una matrimonio por costumbre, por guardar apariencias o por no quedarse sola, así que si él quería tener los niños durante las vacaciones, me parecía justo llevárselos, ellos querían ver a su padre, lo extrañaban, yo necesitaba trabajar, y era justo que él también se hiciera cargo de ellos aunque fuera sólo por dos meses.

Mi hija mayor Jessica, no quiso irse con él, ella empezaba a guardar rencores y resentimientos en su contra, porque me había visto sufrir y trabajar mucho, era ella quien cargaba con la responsabilidad de sus hermanos mientras yo trabajaba, aunque tenían quien los cuidara, ella era como un comandante, era quien hacía que sus hermanos obedecieran y se portaran bien con la señora que cuidaba de ellos, con apenas 10 años de edad, toda esta situación la maduró prematuramente, yo jamás en mi vida les hablé mal de su papá, siempre daba una razón que justificaba su actitud, para que ellos no lo odiaran, pero ella iba mas allá de mis palabras, y no quería verlo.

De tal forma que acordé con Raúl, la fecha en que iba a Caracas, para que él fuera a buscar a los varones ya que si Jessica no quería ir con él, Claudia también debía quedarse con su abuela, ya que ellos no iban a saber cuidar de la bebé que apenas tenía 4 añitos.

Nos vimos le entregué los niños, ellos estaban felices, y las niñas quedaron en casa de su abuela, yo me devolvi a Santa Ana, cerré la casa ya que no volvería mas  en dos meses, encargué a la señora para que fuera a revisar todo al menos una vez por semana, y me fui a trabajar.

Para alcanzar el éxito se requiere de tres cosas: voluntad, valor y decisión.

Ya esto lo tenía bien claro, la Violeta Aguilera que había caido en desesperación nueve meses atrás, por miedo, por la separación de los niños, por falta de seguridad y de carácter se había quedado en el pasado, estaba dispuesta a esforzarme al máximo, que cada día que pasara lejos de mis  niños, fuera la fuerza que me empujara a triunfar y a alcanzar mis metas.
  
Día a día, lo vivía intensamente, no permitía que pasará un día sin haber hecho aunque sea una venta, tenía una meta y la iba a alcanzar, hubo días super exitosos, hubo días mas suaves, pero siempre había alguna satisfacción, pasaba la temporada y yo estaba muy feliz, mi cuenta corriente en el banco iba creciendo, y mi meta estaba cada vez mas cerca. Paralelamente al trabajo mi vida personal iba mejorando, mi autoestima crecía y se fortalecía, pude empezar a darme algunos gustos que nunca había disfrutado, una cena en un buen restaurant, ir a la peluqueria a que me consintieran, comprarme ropa, prendas, maquillaje, mi vida estaba dando un vuelco grande en poco tiempo y yo debía tener la madurez necesaria para asimilarlo y manejarlo.

Llegó el final de la temporada!!! Exitosa y gratificante!! lo mejor de todo es que ya tenía el dinero para dar mas de la mitad para una casita, podía venir a Caracas a descansar unos días, iba a ver a mis hijos y me los llevaría de regreso y les iba a poder comprar muchas cosas que aún necesitaban....

Después de celebrar, pasar por Santa Ana a revisar mis cosas, me vine a Caracas, apenas llegué me comuniqué con Raúl, le dije que ya estaba en Caracas para que me trajera a los niños, su respuesta fue “no puedo viajar ahorita, si quieres ven a buscarlos” me quedé dos días en Caracas y empecé a preparar viaje para Guayana, Jessica insitió que no quería ir, yo no quería dejarla nuevamente pero tampoco quería forzarla a ir a un lugar que no deseaba, entonces me fui a buscar a mis niños sólo con Claudia, finalmente era cuestión de tres días mientras llegaba, buscaba los niños y me regresaba.

Emprendí el largo viaje de doce horas, primero a Puerto Ordaz, allí esperé toda la tarde hasta que llegara un hermano de Raúl que me llevaría a la finca en la Sierra de Imataca, unas cuatro horas mas de viaje.

Al fin llegué, los niños me estaban esperando me saltaron encima, me llenaron de abrazos y besos,  después de saludarlos y preguntarles cómo estaban  y me llevaran a conocer la casa, le dije a Raúl, que me iría al día siguiente, el me miró.... se sonrió irónicamente y contestó “¿mañana? Si quieres irte mañana, te irás sola, los niños se quedan conmigo, si quieres vivir con tus hijos tienes que quedarte aquí, conmigo y con ellos, este es tu lugar tú eres mi esposa, y te vas a quedar aquí conmigo”
No podía creer lo que me estaba diciendo, me había tendido una trampa, para que yo fuera hasta allá, y yo caí sin darme cuenta, nunca pensé que tuviera intenciones de chantajearme con los niños para dejarme en aquel campo a horas de la  ciudad mas cercana, totalmente alejado de todo el mundo...... Después que había encontrado las respuestas.... me cambiaron las preguntas....
En el próximo post les contaré como pasaron mis dias encerrada en aquella finca, y cómo día a día iba tramando una forma de escaparme con mis niños de aquel lugar....
Me excuso con ustedes por no dejarles fotos en este post.... pero es uno de los episodios mas tristes de mi vida y muy fuerte para mi escribirlo, así que sólo me despido hasta muy pronto y gracias por seguir mi historia...


sábado, 7 de mayo de 2011

No hay secretos para el éxito. Este se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso.

Continué asistiendo a mi trabajo cada fin de semana, Raúl se quedó en Santa Ana como lo advirtió, y no desistía de decirme todos los días que abandonara la idea de trabajar, que estaba cansado de los comentarios de la gente.  Yo seguía manteniendo la situación diciéndole que era lo mejor para nosotros y que no debía hacer oídos a los chismes, cada fin de semana en Guadalupe era una experiencia inolvidable para mi, tanto en el trabajo como en la relación con los compañeros, conocí gente maravillosa que hoy en día aún son mis amigos, empecé a tener una vida diferente, había pasado 10 años de mi vida cuidando niños, con algunos trabajos esporádicos, pero realmente desde mi primer embarazo sólo había cuidado a mis hijos, dedicada enteramente a ellos, y como empecé a tener hijos tan niña nunca disfruté de las cosas que normalmente disfrutan las chicas, salir, divertirse, ir de compras, bailar, cantar!!! Dios ... empecé a descubrir un mundo que me había sido prohibido, desde que tenía 16 años.

Ya contaba con 27 años, tenía 5 hijos de 10 a 3 años, y al fin sentía que podía empezar a hacer algo para mi y mis hijos. Cada vez me especializaba mas en las ventas, lograba convencer, persuadir, y lograba muchas ventas completas que me permitían cobrar mas y en menor tiempo, eso calmaba la inquietud de mi esposo, porque ahora yo podía cubrir gran parte de las necesidades de los niños, él por su parte, tenía en esa época una miniteca (equipos de sonido profesional con grandes cornetas), que era su hobby, pero que llegó a convertirse en la forma de llevar dinero a la casa, afortunadamente logró colocarla en un lugar nocturno del pueblo, y trabajaba alli los fines de semana y entre semana de vez en cuando conseguía algún trabajo  a destajo, cuando no, estaba en casa ayudándome con los niños, de lunes a jueves estaba tranquilo, pero cuando llegaba el viernes se ponía de mal humor, se enfurecía, nada mas de pensar que me iba a Guadalupe y no volvía hasta el lunes.

Adicional a sus celos y los comentarios en el pueblo, la chica que me cuidaba los niños empezó a portarse mal, Raúl la encontró varias veces en la calle de noche cuando se suponía que debía estar cuidando a los niños, para eso yo le pagaba, tuve que empezar a buscar otra persona y eso si que fue una tarea titánica, ya que eran muchos niños y nadie quería cuidarlos durante cuatro días seguidos sin que yo llegara al menos de noche.

Cada mes tenía que buscar a alguna señora nueva, pero no desistía, tenía que dar con alguien que los cuidara bien, o iba a tener que abandonar el trabajo y todo lo que había logrado.......seguí buscando y seguí trabajando. 

Los sábados en la noche después de trabajar nos quedábamos un rato en el piano bar del hotel, por primera vez en mi vida empecé a probar uno que otro trago, cuando era adolescente probé algunos cocteles baratones en Caracas los llamamos "Guarapitas" preparadas con aguardiente barato y jugos de frutas, después que tuve los niños jamás volví a probar alcohol, menos tragos tan costosos como whisky, licores dulces, vinos, vodka entre otros, nunca me senté en la barra de un piano bar tan lujoso, eso lo empecé a conocer en Guadalupe, era una euforia indescriptible cuando lograba las ventas, como el resto del equipo queríamos celebrar, por supuesto las primeras veces que lo intente no me fue muy bien... pero poco a poco me fui acostumbrando, no podíamos hacerlo todos los sábados, sólo cuando terminábamos temprano, no nos permitían trasnocharnos ni tomar en exceso, ya que eso afectaba el rendimiento al día siguiente, el Gerente General mi amigo Javier Vera, un maracucho exigente y tajante, no aceptaba ningún bochinche, era muy duro con eso, además el hotel nos alojaba allí para retribuírselo con ventas no con rumbas, así que eran pocas las oportunidades para relajarse, cuando las ventas eran buenas, él mismo nos decía "hay que celebrar", y había que aprovechar su buen humor, el resto del tiempo era de la sala de ventas a la habitación a descansar para el día siguiente.

Pero Raúl se ponía cada vez mas capsioso, y no confiaba en mi, así que un viernes le pedí que me acompañara al hotel, se quedó sorprendido, le dije "vamos a Guadalupe,  quiero que veas dónde trabajo, que hago y con quién trabajo" si bien era cierto que mis ganancias nos habían aliviado mucho, el desconfiaba de mi y creía en los chismes del pueblo, ya que no podía concebir ningún trabajo sólo los fines de semana y que adicional tuviera que quedarme a dormir, por supuesto, él no sabía todo lo que yo había pasado, ni se lo iba a decir, no iba a darle el gusto de tener mas razones para exigirme que abandonara el trabajo.
Pues bien.... llegamos a Guadalupe, pasó el día en el hotel con los niños y se regresó al pueblo en la tarde, a pesar que pudo certificar que ninguno de los chismes del pueblo eran ciertos, ahora le gustaba menos que yo trabajara en el complejo, verme bien vestida, muy arreglada, con zapatos altos, que no usaba porque él es de menor estatura que yo y le molestaba que los usara, con muchos compañeros de trabajo, hombres jóvenes, atractivos y con una vida diferente a la nuestra, despertó sus verdaderos celos, ya no era por evitar comentarios, ahora era simplemente "no quiero que te miren, no quiero que duermas allá, no quiero que estés en contacto con todos esos hombres" ahora descubría una nueva Violeta, una que el no conocía, porque sencillamente nunca tuve tiempo para verme así, y eso lo hacía sentir inseguro.....

Cuando algún miembro de la pareja deja de esforzarse por crecer, tarde o temprano el otro emigra a un nuevo aprendizaje.

Tristemente, eso estaba ocurriendo en nuestro matrimonio, yo quería crecer y alcanzar muchas cosas en mi vida por mi y por mis hijos, y él sólo quería tenerme encerrada criando los niños, mientras no se esforzaba en lo mas mínimo por darles lo que ellos necesitaban, se conformaba con que tuvieran techo y comida "lo demás es lujo" decía.

Pasaron las semanas, y yo mejorando mucho en el trabajo, podía irme de compras, llegaba a casa los lunes llena de bolsas, con ropas, zapatos, juguetes, hasta podía llevármelos a Valera de vez en cuando a almorzar pizza!! ahora me causa mucha gracia cuando recuerdo mis pocas salidas con mis cinco hijos, pero en aquellos días era una verdadera faena salir con todos juntos, tomaba de la mano a los dos mas pequeños y los otros tres a los lados, les decía, " bueno... cuando cuente cinco todos cruzamos la calle corriendo" y arrancábamos a correr tomados de la mano para cruzar, por supuesto, la gente me miraba asombrada, nadie podía creerme que fuesen mis hijos.

Para ellos y para mi empezaba a salir el sol..... pero para Raúl cada día que yo estaba fuera de casa era un martirio, al fin conseguí una señora que cuidaba de los niños desde el viernes hasta el lunes; llegó Diciembre 1997, mi primera temporada vacacional alta en Guadalupe, toda mi preparación era para esa temporada, esos días de trabajo intenso me iban a permitir ganar mucho dinero, soñaba con ganar lo suficiente para alquilar una casa en Valera o en La Puerta para irme de aquel pueblo.... lo primero era hablarlo con Raúl.

Una vez mas, insistí en que todo era por los niños, que íbamos a tener dinero suficiente, que yo necesitaba de su ayuda, apelé a todo, a nuestro matrimonio, a los años juntos, a las necesidades que habíamos pasado,en fin, todo aquello que pudiera ayudarme a convencerlo.... y lo convencí!!!

Acordamos, que me iría al hotel a trabajar, vendría a casa los lunes y volvería al hotel los martes, sabía que no era fácil, pero era la oportunidad  que había encontrado y sólo esperaba su apoyo, afortunadamente mi mamá ya tenía tiempo sin ver a los niños, entonces me pidió que le llevara las hembras a pasar Diciembre con ella, así que preparé a las niñas y las traje a Caracas, los varones se quedaron con el padre en el pueblo con la ayuda de la señora que los cuidaba.

Era la primera vez en mi vida que me separaba de mis hijos.....pensé que iba a ser fácil, pero no pude.... la primera semana me pegó muy fuerte la depresión, mi niña Claudia Génesis se enfermó y mi hermana me llamaba para contarme como estaba, me decía "el médico dice que es asma emocional" yo la llamaba hablaba con ella y se mejoraba, y luego volvía a recaer, mi mamá la cuidaba bien, pero a mi no me dejaba en paz la conciencia, pensé que podía hacerlo, pensé que por ellos iba a soportar un mes de trabajo duro sin verlos.... pero no se me estaba haciendo nada fácil...

La depresión me estaba venciendo, no había vendido en 10 días, sentía que estaba allí perdiendo mi tiempo,  mientras mis  hijos me necesitaban, hasta que no soporté mas y salí de la sala de ventas desesperada en llanto, mi jefe fue tras de mi, y me encontró desecha, cuando yo esperaba que me consolara, me dijera que todo iba a estar bien, que me calmara..... no, Javier Vera me sacudió como dicen en el "argot" de tiempo compartido, "me pateó" nunca nadie me había tratado así, nadie jamás me había hablado tan duramente, Javier me tomó por los brazos y me dijo " ¿Qué te pasa, te quieres ir? ¿crees que largándote vas a resolver tu vida? entonces vete!!! lárgate, actúa como actúan los cobardes, los mediocres, vete, y abandona tus sueños, abandona la oportunidad de surgir, de ser grande!! vete porque conmigo no trabajan cobardes, y si tú quieres irte, yo no te quiero aquí!! mejor que te vayas porque esto no es para ti, esto es para gente con agallas, esto es para líderes y tú eres una pusilánime!!" le contesté "pero Javier me hacen falta mis niños, ellos están sufriendo y yo también...." "¿y qué les vas a llevar, las manos vacías? todo sueño tiene un sacrificio si no estás dispuesta a sacrificarte jamás podrás alcanzar tus sueños, ni para ti ni para tus hijos, tienes dos caminos te vas ahora mismo y no vuelves mas, te vas nuevamente a vivir en la miseria o te quedas y alcanzas lo que quieres es tu decisión"

Fueron diez minutos.... que me revolvieron hasta las entrañas..... aquel hombre duro, sin compasión, sin tomar en cuenta mis sentimientos, sin piedad me hizo ver crudamente, que sólo yo puedo hacer que las cosas pasen y que si abandonaba, nunca en mi vida iba a lograr nada, por miedo.... y reaccioné!!! recuerdo claramente que le dije "me quedo y voy a ser la mejor te lo juro Javier Vera, te voy a hacer tragar tus palabras" y sólo respondió "eso espero".

Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él. 

Esa conversación cambio mi vida para siempre... fue crucial, decisiva en mi vida......Me quedé, cambié mi actitud y empecé a  atraer situaciones positivas! me llené de energias positivas, irradiaba confianza y seguridad en mi misma, cada vez mas me sorprendía el poder de convencimiento que tenía sobre los clientes, hablaba mas con las niñas y Claudia mejoró, yo le transmitía tranquilidad, después entendí que mis llamadas anteriores eran tristes llenas de melancolía, a veces hasta lloraba, y eso se lo transmitía, por eso se enfermaba, todo se estabilizó, iba al pueblo a ver los niños y me encontraba con las quejas y los reproches de Raúl, pero me hice el propósito de no permitir que nada ni nadie me dañara ni me hiciera sentir nuevamente culpable, si culpable de buscar mi camino.... de alcanzar mis sueños!!!

Hasta el próximo post... la historia sigue y sigue les contaré qué ocurrió en las temporadas siguientes, y cómo finalmente me fui de Santa Ana....


Les dejo fotos de dos de mis amigos mas queridos e importantes en La Puerta Edo Trujillo, Javier Vera y Arlen Viloria... de ella les contaré también en la próxima entrada.....

Arlen y Javier
Arlen Viloria y Yo