viernes, 12 de octubre de 2012

CLAUDIA GÉNESIS



Mi niña... mi beba... llegaste sin avisar,llegaste a mi vida cuando pensé que Dios me había abandonado, cuando me vi sin opciones, sin caminos, sin esperanzas, llegaste a mi vida a ser el Génesis aunque yo creía que ya era el final, en ese momento no sabía por qué te di ese nombre, lo supe mucho años después.

Entre juegos de niña, entre risas y llantos, te vi crecer. Contemplé  tu sueño muchos años, primero porque no teníamos para comprarte una cama y luego ya no querías usarla, así que dormiste conmigo al menos hasta tus 12 años y mientras dormías plácidamente  te observaba ...y me decía tu no vas a sufrir carencias, no te va a faltar nada, todo lo que necesites para vivir en paz lo vas a tener y en eso empecé a trabajar.



Disfruté mucho tus años de niña y todos los años que han pasado desde que llegaste a mi vida, mi linda princesita. Pero ya hija mía eres una mujer y la tristeza invade mi alma porque no estas a mi lado, decidiste formar tu propia vida. Cambiaste mi niña y el ritmo de tus cambios fue mucho más veloz que el ritmo de mi capacidad para entenderlos y poder canalizarlos. Para bien y para mal, ya no eres la niña aquella que solía reír con una mueca de mi cara, que se conformaba con un helado para que la vida cambiara 180 grados, me es muy difícil aceptar que desde que llegaste a éste mundo ya han pasado más de 18 años, que ya no eres esa pequeña niña que un día llegó para colmar de felicidad mi corazón, aquella que no se cansaba de escribirme cartas y hacerme dibujos para expresarme su amor infinito. Que vivió cada una de sus etapas con plenitud y que a pesar de lo mucho que pudiera verse como en contra, al menos que yo y los que te queremos sepamos fuiste una niña muy feliz.

Debo admitir que de una u otra manera has heredado mucho de mi carácter rebelde. Tenemos una relación única y eso a pesar del tiempo, distancia y muchos otros factores que podrían socavarla, solo ha cambiado para bien. Tú has sido para mi la más maravillosa de las experiencias de la vida, el viaje más importante de todos cuantos he realizado hasta ahora. Ha sido todo eso y mucho más lo que me une a ti en formas de amor que aún no han sido descubiertas.


Mucha gente que conoce la historia de tu origen en mi vida siempre me termina preguntando, ¿por qué? ¿Qué hiciste tú para que yo te quiera de esta forma? Creo que al final no se trata solo de ser tu madre, al final se trata de cuanto nos necesitamos mutuamente, tú necesitas un eslabón en la muy complicada ruta a lo que pretendemos llamar adultez y que no es sino la manera en que lidiamos con todo lo que nos viene encima una vez que crecemos, trabajamos, amamos y nos damos cuenta que ya la niñez no está. ¿Yo que necesito de ti? Tu manera de ver la vida, tu amor por cada cosa que te rodea, tu espíritu libre de todo aquello que pretendemos llamar madurez, tu risa, la irreverencia con la que te haces ver inocente, tu bondad desinteresada por todos los que te rodean, y toda la cálidez que brindas cada día a quienes estamos en tu vida.

Sé que en mi afán de trabajar, de superarme, de alcanzar cosas para ti y para tus hermanos sacrifiqué lo mas importante el tiempo con ustedes, sé que ese tiempo no lo puedo recuperar, pero nunca es tarde para expresar lo grande que puede ser el amor por un hijo. Sé que no he sido la mejor madre del mundo, aunque tú mil veces me hayas dicho que si lo era, pero tampoco he sido la peor, tengo a Dios de testigo que hice lo mejor que pude, dentro de mis torpezas y hasta egoísmo, perdón si no cumplí con tus expectativas, perdón si no fui la madre que esperabas, pero eso no me impide decirte que te amo y que siempre seguiré siendo tu guía en la medida en que me necesites y me lo permitas, porque tú seguirás siendo mi beba, mi princesa.


te ama, tu madre


martes, 27 de marzo de 2012

Carlos Eduardo


Tenía mi blog un poquito abandonado, he tenido muchas ocupaciones que no me han permitido sentarme a escribir con tranquilidad, pero bueno ya estoy aquí, así que inicio mi nuevo post "Carlos Eduardo".
 
Así lo llamé siempre y lo continúo llamando así, a él nunca le llamé de ningún otro modo que por su nombre, ¿saben por qué? porque mi hijo desde muy niño ha tenido una personalidad muy fuerte, y el hecho que yo me quedara sola con ellos se la acentuó mucho mas.
Desde muy pequeño no le gustaba que lo estuviese apretujando, ni haciéndole muchos cariñitos, aproximadamente a los 12 años dejó de pedir la bendición, entraba y salía de casa y sólo decía hola y adiós, nada mas.
Personalidad: Modo habitual y propio de responder a situaciones diversas en virtud de la especial estructuración de las características individuales (condiciones genéticas y ambientales) 
Según los estudios cada ser humano nace con una personalidad que termina de definirse hasta los 3 años de edad aproximadamente, creo que mi hijo lo rodearon muchas circunstancias que incidieron en la formación de su personalidad y carácter, en la cual por supuesto yo tengo mucho que ver.
Es mi segundo hijo, pero realmente fue el primer parto, con todos los dolores y desesperaciones que trae un parto con “P” en mayúscula, eso si que fue un parto.... yo comí mucho durante el embarazo, llegué a pesar 87 Kilos cuando fui a dar a luz, desde los 7 meses de gestación estuve tan hinchada que no podía calzarme, estuve con sandalias playeras el resto del embarazo, un día me caí desde una altura al vacío de 1,80 metros aproximadamente cuando tenía ocho meses de embarazo, pensé que se adelantaría el parto del golpe tan fuerte cuando caí, además llevaba en brazos a mi hija Jessica de dos añitos. Viajé a Santa Elena de Uairén, a un pueblo llamado Las Claritas en la frontera de Venezuela con Brasil, desde Caracas son mas de 24 horas de viaje en autobús, y con la enorme barriga que tenía sufrí horrores en ese viaje tanto en la ida como en la vuelta después de tres meses. Durante todo el embarazo sufrí de una erupción en todo el cuerpo, me salían unas llagas horribles que me picaban al desespero, me las rompía y se regaban aún más, mi papá le llamaba “salpullío inglés” para burlarse de mi que parecía un extraterrestre pero el médico dijo claramente se trata de “Escabiosis” en claro y perfecto español tenía sarna!!!! mi padre me compraba los medicamentos y me los untaba con mucha paciencia, y yo sólo lloraba pensando en que me había caído una desgracia, llena de llagas, una picazón insoportable y con una barriga con la que casi no podía.
Es decir, mi primer embarazo fue tan mágico, tan perfecto, que yo pensé que el segundo podía comportarse igual, pero como les vengo diciendo.... uno propone pero es Dios el que dispone, este embarazo me sacaba lágrimas de dolor de desesperación.... lloré prácticamente todo el embarazo, en fin las circunstancias en las que viví mi segundo embarazo no fueron mágicas para nada, por lo que estoy convencida que un embarazo tan traumático marcó irremediablemente el carácter de mi hijo.....
Llegó el momento del parto el 02 de Septiembre de 1989, recuerdo que cuando di a luz a mi hija mi madre me preguntó duele verdad? ¿ vas a tener otro? Le contesté a mi no me dolió si voy a tener otro, quiero un varón, y era verdad no sufrí absolutamente nada trayendo mi hija al mundo, al menos no lo que yo pensaba eran dolores de parto, pero con Carlos Eduardo fue otra historia....
Dolores de parto.... esos si eran dolores, esa sensación que se te están desprendiendo las caderas, desgarrando mas bien, sin que puedas soportar el dolor, sin que nadie pueda hacer nada por ti.... horas de intenso dolor en la sala de parto, hasta que por fin en un último puje lo parí... sentí como si hubiese expulsado parte de mi, era tan grande y gordo que el médico lo sostuvo con ambas manos me dijo: “con razón no podías parir!!!” 4,5 Kg y 54 cms, no era rosado era rojo, cachetón y sin cabello mi hijo Carlos Eduardo...
Del esfuerzo y el tamaño del bebé me desgarré, estaba exhausta sólo quería dormir, pero de inmediato me llevaron al bebé y tuve que empezar a amamantarlo, comía con tanta fuerza y desesperación que la piel de los pezones se rompió, y para completar lo que he llamado “la caja de razones para que mi hijo sea como es” se infectaron mis pechos, decía mi abuela, mi mamá y cuanta señora de mas de 40 años que me vio en esa oportunidad, que eso pasa cuando el bebé eructa y los gases que expulsa se van a través de los conductos lácteos de las mamas infectándolas o algo así, lo cierto es que los senos se hinchan hasta que no dan mas, sangran por los pezones, causan fuertes dolores desde la espalda hasta los brazos, lo que hace intolerable amamantar al bebé, pero amamantarlo es la única forma de sanarse....mi madre casi me amarra las manos para que yo permitiera que el bebé chupara, el dolor insoportable me hacía rechazarlo, y quitármelo... mi madre lo colocaba una y otra vez repitiendo lo mismo “si el niño no chupa, no te vas a curar” yo gritaba y lloraba con desesperación, y el bebé allí... hambriento, escuchando mi llanto, mis gritos y sintiendo mi rechazo... fueron días de tortura.
Después de unos cinco días con esa tortura, decidí no darle de mamar y que se me secara la leche de los pechos, me levanté le busqué un tetero y empecé a darle leche sustituta, ya no tenia fuerzas para soportar tanto dolor. Por supuesto que todos me recriminaron, mis padres, esposo, cuñados, todos diciéndome lo mala que era porque no quería darle de mamar al bebé..... claro como no eran ellos los que estaban padeciendo la tortura...
Así que se acabó, se secaron los pechos y con ello mi angustia, pero el bebé no se llenaba con el tetero, quería estar comiendo siempre, aumentaba rápidamente de peso y siempre quería más, tuve que empezar a darle otros alimentos antes de tiempo, y como siempre estaba llorando porque quería comer, yo lo dejaba en su cuna y no dejaba que nadie lo cargara, así que para calmar su ansiedad empezó a chuparse el dedo.
El niño iba creciendo, rebelde, con mal carácter, todo le daba rabia, cuando entró al preescolar- maternal a diario me llamaba la maestra, todos los días pasaba algo, le pegaba a los compañeritos, los mordía, pateaba a las maestras, lanzaba las sillas por las ventanas... apenas con dos años, en mi familia le decían“Bam-Bam” era un monstrico.
Siguió creciendo.... no controlaba sus esfínteres situación que era un motivo para que su papá lo ridiculizara con sus hermanos y otras personas, no sólo su padre, sus tíos, primos, cada vez que alguien se daba cuenta era un motivo de burla, entonces se empezó a volver callado y a veces bastante solitario...
 Llegó la crisis de la separación y él asumió su rol de hijo mayor junto con su hermana Jessica fueron mis pilares, sin ellos no hubiese podido salir adelante, su carácter se volvió mas fuerte para poderme ayudar a mi, sé que resultó quizá mas ligero para mi apoyarme en ellos y hoy sé que fue muy injusto, pero doy gracias a Dios por haberlos tenido conmigo en momentos tan duros.
Pero buen alumno, estudioso y aplicado en sus clases, exigente al extremo, no permitía que nadie tocara las cosas de su colegio que siempre dejaba ordenaditas para el día siguiente, un día llegó a casa desesperado de la rabia, lloraba mucho porque otros niños del colegio se habían metido con él, y le habían roto su morral y algunos de sus cuadernos. Eso ocurrió con mucha frecuencia durante su edad escolar, como era un cascarrabias los demás niños se metían mucho con él y lo hacían rabiar mas, siempre que llegaba en ese estado yo me vestía y salía con él a buscar los niños que le habían roto sus cosas o le habían pegado, siempre, no hubo una vez ni siquiera cuando era adolescente que yo no saliera como una tigra a defenderlo, no podía soportar que siempre se metieran con él, siempre lo defendí de quien fuera y cuantos fueran.... una vez en un conflicto escolar ya terminando su Bachillerato en 6to año, como siempre salí en defensa de mi hijo, protesté ante los profesores y directivos del liceo responsabilizándolos de lo ocurrido, pero llegué a mi límite cuando fuimos a denunciar a los responsables en el cuerpo policial y el agente me dijo duramente “Señora su hijo es mayor de edad, usted se queda afuera” , entonces me di cuenta que ya mi hijo era un hombre, ya tenía 18 años y tenía que empezar a asumir las responsabilidades de sus actos, ese “usted se queda afuera” no sólo me lo dijo el policía...... me lo estaba diciendo la vida. 
Vivió la crisis, la asumió pero no la superó del todo, aún hoy sufre las consecuencias de habernos separado de su padre, y de haber asumido con su hermana la responsabilidad de cuidar a sus hermanos mientras yo trabajaba.
Guarda mucho resentimiento hacia su papá, fíjense que escribo, “separarnos de su padre” esa fue una decisión consensuada, la tomamos ellos y yo, sabíamos lo que nos esperaba, pero preferimos quedarnos sin él que seguir a su lado. De igual forma jamás les inculqué odios ni resentimientos hacia él, al contrario cuando nos ha necesitado hemos estado allí, pero mis hijos no le perdonan que no haya tenido la entereza, la valentía y la responsabilidad de asumir su familia.
Con ese ímpetu que lo caracteriza, siendo tan exigente, tan solidario, tan justo, tan perfeccionista como buen Virgoniano, por ahí va, viviendo.... a veces con cal a veces con arena, él sabe que yo estoy, yo sé que él está, y nos amamos, y nos peleamos y nos volvemos a querer, en esta danza interminable que es la relación con mis hijos, a los que nunca dejo de enseñar aunque no siempre estén dispuestos a escuchar, ahí va mi hijo, estudia, trabaja, se equivoca, se cae y se vuelve a levantar, así creció así me vio criarlos y así aprendió con casi 23 años va dando pasos sin prisa pero sin pausa, yo creo en él, sé que alcanzará todos sus sueños..... además ya aprendió de nuevo a decir "bendición mamá"....








jueves, 17 de noviembre de 2011

Jessica Karina


Dice la letra de una canción:
No imagine que existiera alguien tan especial

Con esa mirada tierna y sonrisa angelical

No creí que existiera en el mundo un amor así

El que llevas en tu corazón y lo tengo para mí

Con palabras dulces de amor que no saben de rencor

Y al ver sus ojitos brillar, me devuelve la emoción…


Esta estrofa describe el amor que siente una madre hacia su hijo, en mi caso era mi hija no sabía si sería la única, pero era la primera, y como primera trajo consigo todas las sensaciones que una mujer sólo siente con su primer hijo, eramos ella y yo contra el mundo, no me importaba si el mundo seguía girando o se detenía, nuestro pequeño mundo era perfecto, ella conmigo.... yo con ella... Esa es mi hija Jessica Karina, acaba de cumplir 24 años, ya está casada, tiene un bebé hermoso, trabaja, estudia, vive.....

Cuanto puede costar el camino de ver una hija crecer, tratar de darle una vida digna, porque la que tenías en tu mente y corazón no pudo ser posible, "Dios no juega a los dados" eso es algo de lo que estoy convencida, nada sucede por azar, nada es casual, ya Él tiene trazado el camino, yo propuse... Dios dispuso. Cuando vi mi hija nacer, la vida se me llenó de ganas.... ganas de trabajar, de construirle un mundo rosa donde ella viviera sin que la maldad, el dolor, las decepciones, las nubes grises ni nada oscuro tocara nunca su vida, que fácil es soñar cuando estás llena de amor, ilusión y esperanzas... tristemente no todo fue color rosa.

Cuando apenas contaba con 16 años quedé embarazada y para cuando dí a luz tenía 17 años, decía mi abuelita “ah pecao... una niña criando a otra niña...” la molestia de mi madre pasó apenas me vio la barriga enorme, así que empezó a preparar el terreno para criar ella mi hija, ya que decía todo el tiempo que yo no iba a poder criarla, cuando mi hija nació mi madre prácticamente se hizo cargo de todo lo concerniente a ella, todas sus necesidades la cubría, cosa que le voy a agradecer toda mi vida, ella decidía la comida, la ropa, hasta el jabón con el que la bañaba, la enseñaba a que le dijera mamá y a mi me llamara por mi nombre, apenas cumplió el año se la empezó a llevar con ella de viaje casi todos los fines de semana, y yo no podía decirle que no, se molestaba muchísimo, después que la bebé tenía un año mas bien era una ayuda para mi que mi madre le dedicara tanto tiempo porque antes que la bebé pudiera aprender hablar ya yo estaba embarazada de su hermano Carlos Eduardo, y tras él llegaron otros tres hermanos mas, así que para cuando Jessica contaba con 7 años ya tenía cuatro hermanitos uno tras de otro, como saben eramos muy pobres y ella en esos siete años sólo vio nacer hermanos, yo trataba que todos tuvieran su vida de niños lo mas normal posible, que disfrutaran todo aquello que dentro de nuestras carencias podíamos darles, que en realidad era muy poco.

Por eso le permití a mi madre hasta cierto punto que la tuviese con ella, sin embargo con el tiempo llegaron diferencias porque ya no me gustaba tanto que mi madre tomara decisiones con respecto a la niña sin notificarme, su papá también estaba inconforme con ello, así que poco a poco fui trayéndola hacia mi, a ella no le gustaba mucho porque estaba acostumbrada a que su abuela le diera todo, como pude le fui enseñando que yo era su mamá y así tuviera muy poco o nada ella debía estar conmigo. Por supuesto mi mamá ya no le daba tanto como antes, quizá era una forma de presionarme, pero no cedí. Cuando íbamos a mudarnos a Santa Ana me pidió una y otra vez que le dejara la niña, pero no podía hacer semejante cosa, le dije, si voy a vivir debajo de un puente mis hijos estarán conmigo, si voy a comer pan con mantequilla comerán eso conmigo, pero no voy a separarme de ninguno de ellos.

Nos fuimos y mi niña empezó a sentir los embates de nuestra pobreza, desde los 7 años y hasta después de los 12 pocas veces tuvo linda ropa, lindos zapatos, lindas muñecas, se me partía el alma cuando ella miraba asombrada la ropa de otras niñas, tampoco había mucho que lucir, porque el poco tiempo que tenía fuera del colegio lo usaba para ayudarme a mi con sus hermanos, yo sólo la tenía a ella, me apoyaba en ella todo el tiempo, aunque yo trabajaba por épocas y siempre había alguien que los cuidaba, ella se sentía y se siente hasta el día de hoy con la responsabilidad de velar por ellos.

Como les he contado mi vida no fue precisamente perfecta o no todo lo perfecta que yo hubiese querido, así que las vicisitudes por las que me tocó pasar me forjaron un carácter inquebrantable; para criar a mis cinco hijos y no morir en el intento tuve que establecer normas para todo, para levantarse, comer, lavar platos, limpieza de casa, colegio, tareas, juegos, distracción, hora de dormir, mas recientemente horas de conexión a internet, salidas de paseo, en fin de todo... mi casa fue y es el pequeño cuartel que me inventé para que nada se saliera de mi control.

Después de mi, la segunda al mando siempre ha sido ella, así que soy la culpable de haberla responsabilizado de sus hermanos siempre que yo estuviera ausente, de haberla hecho cargo que todo se cumpliera y se mantuviera bajo las normas de casa, eso hizo de mi hija una niña extrema en el orden, en el cumplimiento de normas, pero no le enseñé que se podía ser flexible en algunas ocasiones, no le enseñé que nadie es perfecto, que todos nos equivocamos, que el mundo no puede ser como nosotros queremos que sea, y no se lo enseñé porque yo tampoco lo sabía, esa es una lección que nos ha costado lágrimas y sangre aprender tanto a ella como a mi..... 

En el fondo mi hija no sólo se siente responsable de sus hermanos, también se siente responsable por mi, la separación de su padre nos afectó a todos, de una u otra forma, en medidas diferentes, pero nos afectó a todos, yo sentí cadenas quebradas que ya no volverían a atarme, vi por fin escaleras en las que yo iba de subida no en bajada, vi oportunidades, posibilidades, vi crecimiento y la oportunidad de conocer gente diferente, gente de otro nivel, aprender cosas nuevas, estudiar y por qué no... enamorarme nuevamente.

Ella también vio libertad, nunca la vi llorar por la partida de su papá, porque le hiciera falta, creo que en su mundo sólo cabíamos sus hermanos y yo, todo lo demás no le importaba, pero también vio mi libertad y eso para ella ha sido algo que hasta hoy no ha aprendido a manejar. Sin embargo, confío en Dios, su tiempo es perfecto, todo lo que sucede forma parte del plan que tiene para mi, que no dudo ni por un momento que sea muy bueno.

La adolescencia de mi hija es uno de los sucesos que marcó mi vida, yo estaba muy joven, recién separada cuando empezaron los síntomas de adolescencia en ella, otra experiencia desconocida, me encontraba perdida, pero aprendí mucho, Dios cuanto aprendí, toda esa rebeldía, esa necesidad de ser el centro de atención, ese llevar la contraria por todo, en fin todo lo que comúnmente hace un adolescente me hacía pensar que me habían cambiado a mi hija, era muy difícil de aceptar y manejar, pero las dos aprendimos y con el tiempo ella se calmó un poco, a mi me quedó la experiencia para tolerar y manejar esta situación con mis otros cuatro hijos que ya estaban entrando también en esa etapa tan dura tanto para ellos como para mi.

Mi hija siempre fue una niña dedicada en todo lo que hacía, siempre traté de orientarla y apoyarla, ella estudiaba con la ilusión de tener un trabajo para ayudarme, se esforzaba en sus responsabilidades incluyendo la casa, siempre permaneció vigilante para que nada se saliera de la norma, vigilaba todos y cada uno de los pasos de sus hermanos, cosa que ahora entiendo fue un peso demasiado grande para ella.... cuando era niña pasábamos mucho tiempo juntas, yo no trabajaba por lo tanto podía dedicarle bastante tiempo, siempre en todas las cosas de la casa estábamos juntas, creció siendo mi amiga mas que mi hija, finalmente yo sólo le llevo 17 años.

En realidad yo trataba de dedicarle el mismo tiempo a todos, no considero que haya tenido algún predilecto entre mis hijos, cada uno tenía necesidades específicas que yo trataba de cubrir, pero ella siempre fue tan madura, tan inteligente, tan proactiva, que no dude ni por un momento apoyarme en ella para todo, sé que fue muy injusto de mi parte, pero ya yo no tenía amigos, me había alejado de mi familia, la familia de mi esposo me hacía la vida cuadritos, sólo me quedaba ella, sin darme cuenta también la hice sentirse responsable de mi.

Ella seguía creciendo dejaba atrás mi forma de ver las cosas y empezaba a verlas desde su punto de vista, por supuesto encontró muchos puntos de diferencia conmigo, algo que es super normal, pero esas diferencias no las aceptaba y quizá mi falta de tiempo, la entrega a mi trabajo, a mis estudios, a mis propios logros, permitieron que sus inconformidades se acumularan, no se hablaran y se convirtieran en frustraciones que fueron socavando su respeto a las normas.

Para ese entonces ya tenía 19 años, estaba en la Universidad estudiando la carrera que yo le había sugerido, trabajaba en un empleo que yo le había conseguido, y andaba buscando la forma de revelarse ante tanto control y ante todas aquellas diferencias de las que me acusaba..... la cuerda cedió, y ella estaba dispuesta a hacerme entender que tenía una vida propia que yo no podía controlar, sin darme cuenta mi hija salió de mi control, llegaba muy tarde, no me decía donde iba a estar ni con quien, se enfurecía cuando le llamaba la atención, inevitablemente el enfrentamiento llegó tomado de la mano con decisiones, no aceptaba que yo pretendiera controlarla, exigía libertad porque ya era mayor de edad, y yo madre empedernida controladora y posesiva hasta los tuétanos tampoco traté de entenderla ni di mi brazo a torcer, así que decidió irse de casa, vivió unos meses con su tía, Yo pasé tiempo sin saber de ella, tampoco buscaba de saber, ella necesitaba tiempo y espacio y yo también.

Sin embargo, una unión tan fuerte y arrolladora como la nuestra no iba a ser fácil de desatar, aunque las dos tenemos un carácter inquebrantable e insoportable y ninguna de las dos aceptaba que necesitaba a la otra, que estamos demasiado compenetradas una a la otra para prolongar aquella separación por mucho tiempo, finalmente venció el corazón, y volvimos a intentarlo...

Ella se había separado del único novio que le había conocido y había empezado a salir con otro que yo no conocía y me había negado a conocer entrincherada en la posición que por ser madre siempre tengo la razón, pero con la vuelta de mi hija a casa, entendí que habían cosas que tenía que aceptar, que ella tenía el derecho de decidir su vida con quien quisiera, yo sólo necesitaba que ella fuera feliz, que se sintiera bien con esa persona, por lo tanto me di la oportunidad de conocerlo y le dí la oportunidad de dejarse conocer. Aquella aceptación de noviazgo sin darme cuenta se convirtió en aceptación de convivencia, él pasó a formar parte de mi familia, un día mi hija ya estaba embarazada, casada y yo que sólo quería que ella tuviese su propia vida y dejara de sentirse responsable de nosotros la deje decidir que hacer y como hacerlo....

Mi hija, adulta, casada, madre, con un empleo, cursando su carrera universitaria, un día ríe, un día llora, un día grita, y muchos días dice amarme,

Por lo demás sigue siendo mi hija adorada y lo será siempre....ella para mi y yo para ella, sé que siempre que la necesite estará conmigo......

Te amo hija

lunes, 14 de noviembre de 2011

Los frutos de mi vientre

Son cinco...


Como les he contado mi vientre dio cinco frutos, completos, hermosos, sanos, motivo de mi existencia, razón de mi vida, de mis luchas, de mis esfuerzos, de mis sacrificios, de mis risas, de mis alegrías..... pero también de mi llanto y algunas tristezas.

Cinco hijos..... cada uno se lleva de diferencia de año y medio a dos años, como decimos en Vzla, uno detrás de otro en fila india!

Todos compañeros, solidarios, amigos, un día peleaban al otro estaban durmiendo juntos, se inventaban días de camping dentro de la casa, carros de paseo, noche de brujas y pare de contar todo lo que se les viniera a la cabeza era bueno para jugar y pasar el día cuando no estaban en el colegio.

La infancia de mis hijos se dividió en varias etapas, cada una con su magia particular, cuando se es niño, vivir en estados diferentes del país, en casas distintas, con familiares diferentes, todo se vuelve una aventura, y ellos la disfrutaron y la sufrieron cada uno a su manera.

Pasamos de vivir en un barrio en Caracas, para vivir en las hermosas montañas andinas, luego del frío andino pasamos al calor infernal del Oriente venezolano bien adentrado en el campo, volvimos a Caracas después de unos meses nuevamente a casa de mi madre, luego logramos alquilar un apartamento, después al fin compramos el nuestro, cinco años después lo vendí y compré otro, en fin... mis hijos han vivido en muchos sitios y de todos tienen un recuerdo bueno o no tan bueno, pero cada lugar fue una experiencia y cada experiencia marcó sus vidas.

Con todo lo bueno, lo malo, las carencias y aún con el planeta en pelea constante con nosotros, éramos felices, me atrevería a asegurar que fuimos mas felices cuando no teníamos nada, que cuando empezamos a tener un poquito mas. Toda la adversidad y los problemas por los que pasamos afectaron mucho mas a mis dos hijos mayores que a los tres menores, Jessica Karina y Carlos Eduardo, sufrieron mucho de lo que yo padecí mientras sus hermanitos jugaban y sonreían.

Ellos eran los mas grandes, mis compañeros, en los que confiaba, en los que me apoyaba, para mi era casi imposible poder ocultarles cualquier situación, lo veían en mis ojos, sabían cuando las cosas no iban bien que era casi siempre, pero no me fallaron nunca, en esa época de carencias y tristezas ellos siempre fueron mi apoyo, pero eso los hizo madurar muy temprano, su niñez se fue muy pronto casi ni me di cuenta, eran ellos los que me ayudaban en todo, incluso a cuidar de sus hermanitos, yo sólo trabajé por temporadas mientras ellos eran niños, pero la tarea en la casa con ellos cinco pequeños era titánica, tenáz... me acostaba super agotada aún con la ayuda de ellos dos.

Las épocas en las que trabajaba siempre tuve a alguien que los cuidaba, pero me duraban muy poco, nadie los aguantaba por mucho tiempo, entonces era una razón para que su padre me obligara a estar en casa con ellos. Así que Rauvy José, Raúl y Claudia tuvieron una niñez mas feliz gracias a sus dos hermanos mayores, que se sacrificaban para que ellos padecieran menos de lo que ellos habían padecido.... y crecieron se empezaron a hacer adolescentes.... y con la adolescencia de cada uno llegaron mis angustias y mis lágrimas.... aquellas que pensé se habían quedado atrás.

A continuación extraje parte de un poema que me arranca las lágrimas mas amargas, pero también me recuerda que cada quien tiene derecho a escoger su vida, que no puedes presionar a un hijo a obedecerte y hacer las cosas como esperas, cada quien tiene derecho a tener sus propias experiencias, a equivocarse, a acertar, a reconocer y a volver.... esa es la vida, así es la vida, y tengo que dejar que ellos la vivan cada uno a su manera.

¿Que no me meta en tu vida?
Empezaste a caminar; yo no sé cuando he tenido que estar más detrás de “ti”, si cuando empezaste a caminar o cuando creíste que ya sabías.
Ya no podía sentarme tranquila a leer o a ver una película favorita, o simplemente a descansar porque para cuando acordaba, te perdías de mi vista y tenía que salir tras de ti para evitar que te lastimaras.

¿Que no me meta en tu vida? Ya no querías llegar temprano a casa, te molestabas si te marcaba reglas, no podía hacer comentarios acerca de tus amigos sin que te volvieras contra mía como si los conocieras a ellos de toda la vida y yo fuera una perfecta “desconocida” para ti.

¿Que no me meta en tu vida? Cada vez sé menos de ti por ti mismo, sé mas por lo que oigo de los demás; ya casi no quieres hablar conmigo, dices que nada más te estoy regañando, y todo lo que yo hago está mal o es razón para que te burles de mí, pregunto: ¿con esos defectos te he podido dar lo que hasta ahora tienes?.

¿Que no me meta en tu vida? Ya casi no hablamos, no me cuentas tus cosas, te aburre hablar conmigo, dices no entiendo el mundo de hoy. Ahora sólo me buscas cuando hay que pagar algo o necesitas dinero para la universidad, o para salir; o peor aún, te busco yo cuando tengo que llamarte la atención.
¿Que no me meta en tu vida? Hijo, yo no me meto en tu vida, tu te has metido en la mía, y te aseguro que desde el primer día, hasta el día de hoy, no me he arrepentido de que te hayas metido en ella, y de que le hayas cambiado para siempre.

Mientras esté viva, me meteré en tu vida, así como te metiste en la mía; para ayudarte, para formarte, para amarte y para hacer de ti un hombre o una mujer de bien.

jueves, 21 de julio de 2011

MADUREZ DE ALMA, CONCIENCIA Y CORAZÓN... “40 AÑOS NO SON NADA”

 Cuando miro atrás, reflexiono sobre lo que he vivido, lo que he alcanzado, mi corazón se hincha de orgullo y pienso en lo que me falta por vivir y alcanzar.

Antes era muy usada la frase “20 años no son nada”, a mi me gusta mucho mas “40 años no son nada” creo que estoy en la plenitud de mi vida, creo que tengo todas las habilidades y facultades para alcanzar lo que me proponga, ya no soy la tímida chica que vio crecer su vientre en cinco oportunidades, ya no soy la mujer esperanzada que asumió quedarse sola con sus hijos, ya no soy el espectante ser humano que pedía por una oportunidad para levantarse, no.... ahora soy una luchadora incansable, una buscadora de oportunidades, una Mujer en toda la extensión de la palabra, ya no vivo de mis sueños, hago mis sueños realidad!!

Dios, el supremo creador de todas las cosas, ha estado conmigo en cada día de mi vida, en cada instante de frío y en cada glorioso momento en que la brisa acarició mi rostro dándome alegría, cada cosa que he vivido ha dejado una lección, un aprendizaje, nada ha sido en vano, todo ha tenido su razón de ser y hoy con 40 años siento que estoy en el mejor momento de mi vida, donde ya no hay temores, donde tomo las experiencias pasadas y me hago grande en cada paso que doy, ahora es que empieza el camino, ahora es que dejo atrás las verdes para empezar a sacar provecho de las maduras, ahora es que tengo vida, no me siento para nada agotada, no siento la necesidad de retirarme a ver amaneceres y atardeceres, aún no, aún me falta mucho por vivir!!

Haber escrito en una primera fase mi blog, “Tanto que Agradecer” me llena de satisfacciones, aunque no fue contar al detalle, escribí lo más importante, lo mas relevante, los sucesos específicos que me fueron moldeando y cambiando hasta la persona que soy hoy día.

Queda mucho por contar, queda mucho por detallar, sigo escribiendo hechos de mi vida y asociándolos a mi presente, después de relatar mi crecimiento espiritual, profesional y humano, quiero hablar un poco de cada uno de mis hijos, y como todos esos sucesos de mi vida que también son los sucesos en la vida de ellos, los han hecho ser como son hoy, todos con defectos y virtudes, con fortalezas y debilidades, con atinos y desatinos, con llantos y sonrisas, con satisfacciones y decepciones, así son mis hijos, seres humanos llenos de valor, cada uno una historia para contar, en orden cronológico se los nombro con las edades que tienen actualmente, que es el mismo orden con el que empezaré a escribir mi nuevo blog “Frutos de mi Vientre”.

Jessica Karina 23, Carlos Eduardo 21, Rauvy José 20, Raúl Antonio 18, Claudia Génesis 17.

Hasta pronto..... y gracias por seguir allí!








domingo, 26 de junio de 2011

“Una persona no puede bañarse en el mismo río dos veces porque, el agua con que se baña la primera vez no será la misma cuando lo haga por segunda vez, ya que todo está en contínuo movimiento y cambio, entonces cuando descendí al río por segunda vez, ni yo ni el río éramos los mismos”

Sabía que no iba a resultar, por mas que prometiera que iba  a ser otro, por mas que llorara, por mas que se esforzara no iba a resultar, aún así decidí intentarlo una vez mas....

Buscamos una casita alquilada en un barrio de Caracas, y empezamos otra vez, aproveché para buscar cupo a los niños en un colegio, para que no perdieran el año escolar siguiente, trabajé un tiempo mas en el instituto de belleza y los fines de semana en el negocio de mi mamá, mientras tanto Raúl buscaba trabajo, para que yo me quedara con los niños, cuando empezó a insistir con eso de nuevo, le recordaba sus promesas y se tranquilizaba.

En el fondo él estaba luchando en contra de su voluntad y de su instinto por cumplir sus promesas, y eso lo llenaba de ansiedades, sufría, intentaba disimularlo pero yo lo conocía muy bien...

Mi hermana lo ayudó a conseguir trabajo en una empresa de seguridad, eso me calmó, estar con la mente ocupada quizá lo ayudaría a relajarse,  pensaba mas en los niños que en mi, ya no soportaba que ellos siguieran viendo situaciones difíciles entre su papá y yo, eso me angustiaba mucho.

Cumplió su promesa de dejarme dormir con las niñas los primeros meses, le costaba mucho pero lo aceptaba, al paso del tiempo empezó a tomar alcohol de nuevo, y al romper con esa promesa fue cuestión de tiempo para romper con todas.
Las decisiones o indecisiones del ayer nos retienen, nos llevan a aguantar maltratos y situaciones de profundo dolor.
Primero decía que no era mucho, que sólo había sido un trago, trataba de presionarme pero no insistía mucho, cuando lo rechazaba me dejaba en paz, los días siguieron pasando y él seguía en su calvario, luchando en contra de su naturaleza.

La inconformidad en sus ojos me decía que estaba muy cerca la hora de entender de una vez que aquel matrimonio estaba desecho, me sentía en una trampa en la que caí por mi propia voluntad y que estaba dispuesta a soportar por mis hijos.... pero esa idea empezó a chocar en mi cerebro  "¿por mis hijos?  ¿Y Yo? ¿Seguiré en este círculo sin importarme, sin pensar ni recordar mis sueños de una vida sin carencias y en paz?"

Detrás de un perdón, viene otro, y otro, ya lo había experimentado otras veces creyendo en sus promesas de cambio, pero ya nada era igual, ya él no tenía disposición para mantener sus promesas y yo ya no tenía paciencia para esperar que las cumpliera.

Y entonces ¿para qué seguir apostando a una relación que ya no tenía razón de ser?  y mi respuesta por mas que le daba vueltas terminaba siempre en el mismo lugar, los hijos... por los hijos, aunque ya no lo ame, aunque la vida a su lado sea insoportable, por los hijos debo tolerarlo, todos nos equivocamos, pero la gente puede cambiar, él dice que nos quiere, que va a cambiar.... sin embargo esa teoría se derrumbaba cada noche cuando llegaba borracho, cada vez que me decía que yo no debía trabajar, cada vez que mis hijos necesitaban algo y yo no tenía con que comprarlo.

Nuestra relación de pareja empezó a morir desde el mismo momento que empecé a sentirme presa de sus razones y su egoísmo, con el paso de los años la vida nos puso mas y mas situaciones para probar la fuerza de nuestros sentimientos y todas las reprobamos, cada uno creía tener razones para seguir al lado del otro, él con la certeza que nos amaba y no quería vivir sin nosotros y yo con la firme creencia que era lo mejor para mis hijos... sin embargo, los dos estábamos en una situación tan insoportable, que la vida se convirtió en una verdadera tortura para ambos.

Gracias a Dios llegó a mi vida la oportunidad que siempre había esperado, entrar a trabajar en una empresa estable y obtener con mi trabajo la seguridad y la tranquilidad para mis hijos, agradezco profundamente a las personas que me dieron esa oportunidad, pero mas agradezco a Dios haberme dado la fuerza, la entereza y la disciplina para prepararme, esforzarme y salir adelante, de no haber sido así mi sueño hubiese durado lo que dura el alpiste en el pico de un pájaro.
Hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello.
Mi vida empezó nuevamente a girar, llegaron a mi nuevamente las esperanzas, el ímpetu de algo diferente, las ganas de seguir adelante y ya no estaba dispuesta a permitir que me lo arrebataran.

No había nada mas que hacer, él volvió a ver en mis ojos aires de libertad, quizá conservaba la esperanza de volverme a encerrar de alguna manera, pero como lo dije hace varios post, la Violeta Aguilera que él había conocido y manipulado por muchos años ya no existía, dentro de mi existía una mujer con la mirada altiva, dispuesta a demostrar que podía tener una vida  diferente para mis hijos y para mi, y si él definitivamente no lo aceptaba debía irse.

Eso no hizo falta que yo se lo dijera, él me conocía mejor que nadie, lo sentía, podía verlo en mis ojos, fue cuestión de días para que decidiera irse, no sin antes lanzar sus últimas brazadas de ahogado, "no vas a poder sola con cinco hijos, vas a buscarme para que vuelva contigo, te voy a ver arrastrándote pidiendo mi perdón, yo sé que vas a buscarme". No respondí, recogió sus cosas y se fue...


Para los niños no fue ninguna sorpresa, ellos también se sentían mas tranquilos y me daban ánimos para no decaer, pensaba quedarme un poco mas en aquella casa alquilada, mientras pudiera reunir para alquilar un apartamento en un lugar mas seguro para nosotros, sin embargo, no pudo ser, tuvimos que salir de esa casa la semana siguiente, porque Raúl antes de irse le había pedido a los dueños de la casa el depósito que entregó por el alquiler, les dijo que nos íbamos a otra parte, que él se iba adelante y nosotros la semana siguiente.

No puedo precisar lo que sentí en aquel momento, indignación,  rabia, asco, no lo sé, no sé como explicar que un hombre pueda dejarse dominar por su egoísmo, sus celos, su inconsciencia, al punto de dejar a sus hijos en la calle, con tal de verme doblegada, derrumbada y buscando su ayuda de nuevo. Entendí entonces el motivo de sus palabras, estaba seguro que yo lo buscaría al menos para reclamarle, controlé mi rabia y mis lágrimas, juré que nunca mas, por ningún motivo volvería a mirar la cara de aquel hombre, jamás le iba a perdonar que su amor enfermizo y destructivo hacia mi fuera mas fuerte que el amor a sus hijos, jamás iba a perdonarle que nos dejara en la calle.

Acepté la semana de plazo que me dieron,  hablé con mi mamá de nuevo, no era lo que quería pero era mi única opción, le pedí a mi hermano que me guardara las pocas cosas que habíamos logrado comprar en la casa donde él vivía, recogí a mis muchachos y llegué donde mi madre de nuevo.

Gracias a Dios toda aquella vorágine en mi vida no me avasalló, cada día me levanté con la firme convicción que no iba a estar mucho tiempo en casa de mi madre, tenía que ahorrar todo lo que pudiera, para irnos, llegaba a mi trabajo todos los días como un libro con las hojas blancas dispuesta a escribir, a aprender todo lo que pudiera, llegaba muy temprano me quedaba siempre después de la hora de salida, revisando, buscando, aprendiendo, todo era nuevo para mi, no sabía utilizar la computadora, todos los programas me confundían, pasaba horas para cumplir una tarea, pero me esforzaba y me esforzaba y lo conseguía. 

Estaba nuevamente viviendo arrimada en casa de mi madre, si es verdad, pero ya nada era igual, ya yo no pertenecía a aquel lugar, ya mi vida tenía un objetivo, ya mi mente y mis fuerzas estaban encaminadas a un destino diferente, y nada ni nadie me iba a apartar de mi objetivo.

No volví a hablar con Raúl, supe que estuvo en un sitio o en otro, porque siempre hay gente que disfruta de alguna forma en creer que hace daño a los demás, yo siempre estuve con mi frente en alto,  nunca permití que nadie me viera caer, en mis peores momentos, era cuando mas segura me veían, y así seguramente se lo hicieron saber, porque llegó el día que nunca mas volví a saber de él.

Mi vida se enrumbó, trabajo, esfuerzos, dedicación empezaron a dar frutos, poco a poco fuimos consiguiendo y disfrutando muchas de las cosas que habíamos anhelado, la principal era paz, tranquilidad, crear nuestro pequeño mundo, logré en menos de un año alquilar un apartamento, no teníamos nada, volví a buscar las cosas que  había dejado donde mi hermano, pero no quedaba nada, todo nos lo habían quitado, los niños casi lloran cuando encontraron sus juguetes en manos de otros, pero no permití que eso nos desanimara, les dije que iban a tener el doble de juguetes, y el doble de todo lo que habíamos perdido, así nos mudamos sin nada, dormimos en colchones en el piso, un televisor viejo  y muchas ganas de seguir adelante, nada nos desanimó, el futuro nos sonreía después de mucho tiempo.
Somos libres para elegir el tipo de pareja que deseamos tener, y si esta no nos hace felices podemos dejar todo y recomenzar una nueva vida.
No hay por qué dejar de lado nuestras expectativas, ilusiones, deseos y sueños por intentar sostener una situación que a las claras resulta insostenible, salvo que comprometamos nuestra integridad emocional, nuestra salud, el justo respeto que nos merecemos como seres valiosos que somos y el derecho legítimo a ser plenamente felices.
 El límite de lo negociable es la dignidad personal; es decir, la opción de ser valorado, honrado y respetado!!
Gracias por leer mi blog, hasta el próximo post!









sábado, 4 de junio de 2011

La gente no tiene idea de hasta qué punto es arrastrada por el miedo. Este miedo no es fácilmente definible. Hay momentos en que este miedo se vuelve casi una obsesión...

Aquellos meses en la finca fueron duros pero aleccionadores, la libertad es uno de los tesoros mas grandes que tiene el ser humano, y el miedo es un enemigo peligroso, porque se disfraza de muchos sentimientos y te lleva por la senda equivocada, por miedo, llegas a renunciar a tus derechos, a tu dignidad, a tu libertad.

En esos días mis miedos apostaban por invadirme nuevamente, y debía afrontarlos, no tenia otra opción, estaba camino a Caracas con los niños,  aquí me esperaba el desconcierto, ¿Qué hacer ahora? lo menos que  pensé fue volver a Santa Ana, definitivamente ya no quería saber nada de aquel pueblo, pero vivir en casa de mi madre, no era precisamente una idea que me causara alegría, parece paradójico había salido de aquel encierro, podía respirar sin angustia, pero ¿y ahora qué?

Mi madre se quedó sola con nosotros muy joven, y sin ninguna posibilidad de estudios ni preparación le tocó salir a la calle a trabajar para mantenernos, las formas que encontró para ganarse la vida eran muy duras, requerían mucho esfuerzo físico, debía levantarse de madrugada, trabajar hasta las 11 de la mañana luego llegar a casa medio descansar ,para salir a trabajar también en las tardes, hacía de todo, vendía comida, limpiaba casas, planchaba ropa, en fin nos levantó con lo único que sabe hacer, cocinar y limpiar, pero adicional al trabajo duro también tuvo la frustración del abandono, que nunca lo pudo superar a pesar de su fuerte coraza, la separación de mi padre marcó su vida para siempre y  esa frustración la pagamos sus hijos.

Hoy puedo entender perfectamente su desapego y falta de cariño para conmigo, pero en los años de mi niñez y adolescencia me parecía la madre mas dura e insensible que podía existir, después pude entenderla a pesar que se formó una coraza de hierro para no mostrar sus sentimientos, para no mostrar debilidad, sin darse cuenta se colaban algunos actos de bondad, sin embargo, su actitud siempre reprochándome me desalentaba, sabía que eso me esperaba en Caracas.

Al llegar a casa de mi madre se sorprendió, y antes que me preguntara nada o me reprochara los tres meses sin saber donde andaba, me eché a llorar y no dejaba de repetirle, "me voy a divorciar, me voy a divorciar, no sabes todo lo que me ha pasado, todo lo que Raúl nos  ha hecho pasar estos tres meses, no quiero saber nada de él"

Al verme así sólo me dijo "Si te quieres divorciar, es tu problema".....

Lo primero que hice fue abrazar a mi niña que tenía tres meses sin verla, después de descansar  fuí al banco a revisar con cuanto dinero contaba, retirar para comprar comida y algunas cosas para los niños, si hay algo que mi madre no tolera bajo ninguna circunstancia, es que pretendan vivir de ella, mientras resolvía qué hacer, tenía que aportar a la casa.

Empezó nuevamente la agonía de buscar quién cuidara los niños, al menos los pequeños, para poder buscar trabajo, pero no conseguía, mientras no contara con alguien estaba amarrada en la casa, hasta que encontré una solución, un hogar de cuidados para niños subsidiado por el gobierno, gracias a Dios estaba muy cerca de la casa, fui a ver cómo era el proceso para inscribirlos, esperé unos días mientras me daban los tres cupos, allí logré que cuidaran a Rauvy, Raúl y a Claudia desde la mañana hasta las 4:00 pm, Jessica en el colegio y Carlos ya estaba mas grande se podía quedar en la casa con mis hermanos o a veces se iba al trabajo con mi mamá.

 "Hay que luchar por los sueños, pero hay que saber también que, cuando ciertos caminos resultan imposibles, es mejor conservar las energías para recorrer otros caminos"

Después de un mes de haber llegado a Caracas, al fin contaba con tiempo para buscar trabajo, durante ese mes evalué varias posibilidades, si de algo estaba segura es que no iba a volver a Santa Ana,  llamé allá  para saber por todas mis cosas que habían quedado en el pueblo, los dueños de la casa me dijeron que Raúl les había dado permiso para sacar todo, vender lo que quisieran y el resto lo regalaran, así que tampoco tenía nada ni para empezar de nuevo, Guadalupe no era mi opción, ese sería el primer lugar donde Raúl me buscaría si no estaba en casa de mi madre, aunque mi familia no era precisamente el dulce hogar, de alguna manera me sentía acompañada, al menos sabía que delante de ellos no iba a hacerme daño, en ese tiempo no supe nada de él y ya mi madre empezaba a exigir que buscara que hacer, así que ya era hora de salir a la calle.

Caracas, una selva de cemento, en la que no vivía desde cinco años atrás, se me iban los días, asistiendo a entrevistas de trabajo, buscaba las que más se ajustaban a mi, que no eran muchas, porque no contaba con estudios, ni experiencia laboral en empresas, sólo tenía mis conocimientos de ventas y mis ganas de seguir andando.. Empecé con contratos en ventas, vendí de todo, baterías de cocina, libros, seguros de prevención, en fin, caí en todas las ofertas de trabajo que prometían rápidos ingresos sin mucha experiencia, creo que la mayoría de los caraqueños hemos pasado por eso, pequeñas oportunidades de uno o dos meses máximo que me permitían conseguir algo de dinero y lo mas importante sentirme ocupada, útil, estando en la casa con la mente ociosa sólo conseguía desesperar con la ansiedad.


Así pasaron los meses, trabajé en una y otra cosa, la situación no estaba nada fácil, para una mujer sola con cinco hijos no hay muchas oportunidades, pero yo había aprendido  a hacer que las cosas pasaran, el tiempo en Guadalupe y en la finca, me habían enseñado a luchar en contra de mis miedos, en no permitir que me avasallaran, sabía que nada me iba a caer del cielo, sabía que en esta ciudad sólo sobrevive el mas fuerte, nunca perdí la confianza en Dios, no me acostaba una noche sin pedirle guía, protección y ayuda, cada día volvía a la calle buscando una oportunidad.
Acepta los riesgos, toda la vida no es sino una oportunidad. El que llega más lejos es, generalmente, el que quiere y se atreve a hacerlo.
Seguí trabajando en lo que encontraba, y no paraba de buscar una mejor oportunidad, conseguí trabajo en una academia de estética, donde se hacen cursos y talleres para terapias de belleza, era  asistente de la administradora, inscribía las alumnas, vigilaba los horarios de clase, junto con otra compañera cobrábamos las mensualidades, pagábamos insumos, material, profesores, buscábamos las pasantías de las chicas en fin atendíamos toda el área administrativa, bajo la supervisión del dueño del instituto.

Allí trabajé algunos meses, aunque el dueño era un tirano y el sueldo era una miseria,  era lo mas estable que había conseguido, tenía que trabajar desde las 7:00 am hasta las 7:00 pm, en días de inscripción y de  cobro no terminábamos hasta las 9:00 pm; el dueño era un explotador, no por el trabajo, sino por la miseria que pagaba, aprovechándose de la necesidad de las personas que trabajábamos allí; cuando llegaba a la casa ya mi niña había buscado a sus hermanitos y me esperaban, pero casi todas las noches encontraba un problema diferente, que los niños rompieron algo, que ensuciaron, que algo dañaron, mi madre me reprochaba decía que tenía que buscar un trabajo que me permitiera estar en casa cuando ellos llegaran, que allí nadie estaba dispuesto a ayudarme, empezaron a objetar nuestra estadía allí, así que tenía que buscar donde irme.

 Sólo son niños.....  tienen poca experiencia o madurez simplemente se comportan como niños.

Los días seguían pasando, continuaba trabajando en la academia, pero la situación en casa de mi familia era cada vez mas difícil  de soportar, lo que ganaba no me permitía ahorrar nada, continué tolerando aquella situación donde ni los niños ni yo la estábamos pasando bien, pero era la única opción que tenía en ese momento. No resultaba nada fácil controlar y mantener encerrados cinco niños, yo les pedía que se portaran bien, que se quedaran en el cuarto hasta que yo llegara, pero eso era imposible, eran niños, ellos no entendían que podían molestar en casa de su abuela,  la situación fue de mal en peor....

Si quería mejorar y salir adelante necesitaba armarme de paciencia, prepararme para soportar contratiempos sin caer en la amargura, era muy importante vivir cada día, uno a uno, porque cada día tenía una carga diferente, no iba a ganar nada con desesperarme en conseguir una solución inmediata.
Por la paciencia el hombre se hace dueño de sí mismo, aprende a robustecerse en medio de las adversidades. La paciencia otorga paz y serenidad interior. Hace al hombre capaz de ver la realidad con visión de futuro, sin quedarse enredado en lo inmediato.

Raúl tenía una forma peculiar de llamarme para que abriera la puerta en casa de mi mamá desde que éramos novios, ya que es una casa de dos plantas y un patio largo donde está la puerta principal, las habitaciones están en la planta de arriba, es muy difícil que sólo llamando  te escuchen por mas que grites, mi madre alguna vez colocó un timbre, pero no duraba nada, porque los muchachos del barrio lo agarraban de juego. Entonces Raúl silbaba, si, un silbido fuerte y agudo que yo conocía en cualquier lugar.

Habían pasado unos seis meses desde que salimos de la finca,  no estábamos muy a gusto en casa de mi madre, pero aún no encontraba la forma de irme; una madrugada me despertó aquel silbido que conocía muy bien, no lo podía creer, me quedé en la cama pensando que quizá estaba imaginándolo pero no, estaba bien despierta, y el silbido era claro y fuerte tanto que taladró mi mente, mis pensamientos, por largo rato no reaccioné, no podía levantarme para abrir la puerta, mi mamá que siempre estaba despierta temprano, lo escuchó y bajó a abrirle, cuando lo escuché preguntar por nosotros me levanté y bajé.... ahí estaba nuevamente mi karma, parado frente a mi, como el mas inocente de los hombres, como si nada hubiera pasado.

Había tanto odio en mi corazón, lo veía y para mi era el culpable de todo lo que nos pasaba, si él hubiera sido un buen esposo, un buen padre, si hubiera buscado la forma de darnos lo que necesitábamos, si su machismo y egoísmo no hubiera estado por encima de las necesidades de su familia, nada de lo que habíamos vivido todos esos años habría pasado. Grité, insulté, reproché, todas y cada una de las cosas que me había hecho, le dije que no lo perdonaba y que se fuera, que con nosotros no iba a vivir mas, que nos dejara en paz.

Él sólo escuchaba y lloraba, no negó nada de lo que yo decía, lloraba y pedía perdón, se arrodilló y juró que nunca mas nos iba hacer sufrir, que no podía vivir sin nosotros, y mil cosas mas, yo no quise saber nada mas y lo saqué de la casa, otra vez  los miedos volvieron a mi, quería irme donde no me encontrara, pero ¿cómo? no podía seguir con los niños para acá y para allá, ellos necesitaban tranquilidad, sabía que en casa de mi mamá no la teníamos, pero tampoco íbamos a estar mejor, en lugares desconocidos y peligrosos, una vez mas debía calmarme, pensar y tratar de ahorrar para tener como irnos.

Raúl se fue a casa de familiares que vivían cerca, y yo seguía trabajando, por supuesto no dejó de insistir, se aprovechaba cuando yo no estaba para ver a los niños y hacerse la víctima, los niños sabían que él no se había portado bien con nosotros, pero no puedes pedirle a un hijo que guarde rencor a su padre,  yo nunca tomé esa posición, lo que ellos sabían era porque se daban cuenta, yo nunca los puse en contra de su papá, empezó a meterse poco a poco, hasta que los niños empezaron a pedir que lo perdonara, que le diera otra oportunidad, que había prometido cambiar, y pare de contar, hizo un trabajo de hormiguita, sin darme cuenta me estaba manipulando de nuevo, pedía y pedía, mi madre lo segundaba e insistía con que yo no podía sola con los cinco niños, que le diera una oportunidad, en fin me sentía bombardeada por todas partes  la situación donde mi mamá era cada vez peor, tuve que irme del trabajo que tenía porque aquello era una esclavitud que además me obligaba a dejar mucho tiempo a los niños, me tocó de nuevo pensar por ellos.

¿Tenía yo el derecho de someterlos a tanta adversidad, si su padre decía haber aprendido la lección, si aceptaba haberse dejado llevar por su familia, por el machismo y por los celos? ¿Tenía yo el derecho de negarle a él y a los niños estar juntos? Nuevamente las dudas se instalaron en mi, finalmente lo que nos había separado era su inmadurez, pero él hablaba con tanta sensatez,  daba señales que todo lo que habíamos vivido  lo había madurado, hablaba con tanto arrepentimiento, no dejaba de llorar y de pedir perdón, nunca lo vi así tan arrepentido tan dispuesto a mejorar..... que tomé la decisión por mis niños y por mi de darle la última oportunidad. Pero fui muy clara con las condiciones, debía buscar donde pudiéramos vivir, debía conformarse con vivir al lado de los niños no debía exigirme deberes conyugales, tenía que permitir que yo durmiera con las niñas, sólo con esa condición lo aceptaría de nuevo, él debía comprender que no era nada fácil rehacer nuestra vidas como si nada había pasado, debía dejar que el tiempo curara las heridas y donde mas énfasis hice.... debía dejar la bebida.

Él sin pensarlo mucho acepto mis condiciones, y acotó.... ya verás que no te vas a arrepentir....

Hasta el próximo post! gracias por leerme