domingo, 15 de mayo de 2011

Cuando empezaba a encontrar las respuestas..... me cambiaron las preguntas....

"Por muy larga que sea la tormenta.... siempre vuelve a brillar el sol entre las nubes"
La temporada fue exitosa.... no llegué a ser la primera pero si fui la segunda en ventas, estaba muy satisfecha del trabajo que había realizado, y esperaba tener pronto el grueso de mis ganancias, empecé a hacer planes, soñaba con mudarme de Santa Ana, empecé a buscar una casita en los pueblitos cercanos a La Puerta, pude comprar algunas cositas para la casa  y pude comprar muchas cosas para los niños.... sentía que el sol volvía a brillar para mi y mis niños, terminó la temporada y tuvimos dos largas semanas de descanso, aproveché de venir a Caracas a buscar a las niñas y traer los niños para que mi mamá los viera.

Regresé al pueblo y empecé la tarea de convencer a Raúl para irnos de Santa Ana, se acercaba la próxima temporada, Carnaval 1998, era mas corta en tiempo pero requería el mismo esfuerzo de lunes a lunes, y quería mudarme cerca del hotel, para tener los niños cerca, y poderlos ver a diario aunque estuviera trabajando.
Pero fue imposible, no hubo forma de convencerlo, y menos con ese argumento, ya que él no estaba dispuesto a dejarme ir nuevamente a Guadalupe.
Empezó nuevamente la guerra, él en su posición y yo en la mía, no iba a ceder por nada del mundo, no iba a perder lo que había logrado hasta ese momento.

 Así que discutíamos casi a diario, la situación cada vez era mas insoportable tanto para él como para mi...... hasta que un día me dijo "me voy.... no puedo soportar mas esto" me quedé helada, sin palabras, no pensé que iba a tomar esa decisión, pensé que iba a entenderlo, pero no fue así, continuó diciendo "tú no quieres dejar ese trabajo, y yo no quiero que trabajes, así que me voy a Puerto Ordaz" contesté ¿Cómo te vas a ir? ¿Qué voy hacer aquí sola con los niños? me contestó "haz lo que quieras.... yo me voy"

 Puerto Ordaz era para aquel momento una ciudad nueva en el país, pujante y próspera, está ubicada en el estado Bolívar, donde se encuentran todas las empresas básicas de Guayana, por lo cual es una ciudad muy costosa, Raúl tiene algunos familiares que viven allá y lo habían recomendado para cuidar y supervisar la producción  de alimentos y cría de animales de una finca en las afueras de la ciudad, exactamente en la Sierra de Imataca en el Delta Amacuro.

 Este lugar se encontraba al otro lado del país, mas o menos 24 horas de viaje por carretera desde Trujillo, necesariamente hay que hacer escala en Caracas. Todo esto lo estaba escuchando y me estaba dando vueltas en la cabeza, sin poder reaccionar, si bien es cierto que viví mas de dos años sola con los niños en Santa Ana, Raúl siempre estuvo pendiente de nosotros, no nos había abandonado, estaba en Caracas porque aquí trabajaba , pero ahora me estaba diciendo, me voy, me separo de ti, y mientras me seguía dando una y mil razones para dejarme sola con los niños, yo sentía que el piso debajo de mis pies empezaba a moverse, él era mi esposo, yo me había casado para vivir con él toda la vida, teníamos cinco hijos, y yo esperaba que él entendiera que mi empeño en trabajar era para ayudarlo, no esperaba que me abandonara......

 Después con todo lo que decía me di cuenta que su familia tenía las manos metidas en todo esto, a ellos no les importaba que él nos dejara, era lo que querían, y lo habían conseguido.....
Traté de calmarme, esperando que la crisis pasara y él desistiera de irse, pero no fue así y en dos días recogió sus cosas en una maleta, y se despidió de los niños y de mi...... yo no podía reaccionar se fue y me quedé muda, los niños lo vieron irse, me preguntaban ¿qué iba a pasar, cuándo lo volverían a ver? y yo no decía nada..... Esta fue la primera vez en mi vida que sentí literalmente que me "dolió el corazón", yo no estaba a esa altura locamente enamorada de mi esposo, la miseria, las carencias, la soledad y su falta de consideración para conmigo había matado ese amor romántico de cuando éramos novios..... pero yo lo quería, era mi compañero, era el único apoyo con el que contaba, era mi esposo, el padre de mis hijos, yo no quería separarme.....no quería que me dejara sola y me dejó....

 Mis lágrimas volvieron a irrumpir amargamente en mis ojos, lloré desesperamente toda esa noche, le pregunté mil veces a Dios ¿Por qué..... por qué no pudo entenderme, por qué fue mas fuerte su orgullo, su machismo, sus celos, su egoísmo..... que el bienestar de sus hijos?
Los niños no terminaban de entender que había ocurrido, terminé convenciéndolos que se había ido de nuevo a trabajar, y que pronto lo veríamos de nuevo, pero yo sabía que no iba a ser así...
Lloré y lloré hasta que no tuve mas lágrimas, me desperté al día siguiente, mandé a llamar a la señora que cuidaba de los niños, le expliqué la situación, y le pedí que me ayudara a cuidarlos, que le iba a pagar bien, yo me las iba a arreglar por todos los medios de venir cada dos o tres días durante la temporada.
Ella aceptó y yo me fui a trabajar, ya contaba con mas dinero, podía pagar un carro expreso desde Guadalupe hasta Santa Ana los días mas suaves de trabajo, y me devolvía a Guadalupe en las mañanas, pasaron las dos semanas de temporada volví al pueblo con mas dinero, y seguía en mi búsqueda de una casita cerca de Guadalupe, pero no era fácil encontrar algo que pudiera pagar, ya no quería alquilar, quería comparme una casa aunque fuera pequeña, pero no me alcanzaba lo que había ahorrado, debía seguir trabajando y ahorrando.

Que nadie ni nada se interponga entre una tarea difícil y tú, que nadie te niegue esa espléndida oportunidad para cobrar fuerza, maestría y merecer el éxito.
Continuaron pasando los fines de semana trabajando en Guadalupe, se acercaba la temporada Semana Santa 1998, mi seguridad y firmeza en las ventas crecía, contaba con muy buenos maestros, Guadalupe era una escuela que había fortalecido mi carácter, mi confianza, sin toda esa enseñanza jamás hubiera soportado y superado aquel abandono, y lo que es peor, continuar viviendo en aquel pueblo donde tenia muy pocos amigos. 
 
En cambio en Guadalupe encontré gente que me quería y a las que aprendí a querer y a respetar, dos de ellas mis amigas Saillyne Suarez y Arlen Viloria, compañeras de alegrias y tristezas, de trabajo y de celebraciones, de triunfos y fracasos, cómplices y hermanas, hasta el día de hoy nuestra amistad sigue viva y cada vez mas fuerte, compartimos muchas vivencias, nuestros comienzos en ese mundo tan fascinante y adictivo, donde ganar dinero sólo depende de ti mismo, hoy en día Arlen Viloria es Subgerente de Ventas en otro complejo Vacacional en Trujillo, y Saillyne Suarez aunque se dedica a su profesión, siempre vuelve a trabajar en tiempo compartido en temporadas altas.
Mi trabajo se convirtió en parte vital de mi existencia, adicionalmente, me apasionan las ventas, aprendí a encontrar en ellas motivos de satisfacción, y quería a alcanzar grandes cosas a través de mi trabajo.
Llegó la temporada alta y salí airosa de ella,  empezamos a trabajar fuertemente en prepararnos para la temporada mas larga e importante en este negocio, Agosto 1998 era la temporada donde iba a conseguir el dinero que me faltaba, para comprar la casita, cambiar los niños de colegio, y mandarlos de vacaciones para yo poder trabajar durante dos meses seguidos.
Me llené de esperanzas, de grandes espectativas y debía empezar a planificarlo todo.....
 La esperanza es una de las motivaciones más fuertes que tiene el ser humano.
Hablé con mi mamá y estuvo de acuerdo en que le trajera los niños, asi que los traería de vacaciones a Caracas, y yo podría trabajar con mas tranquilidad, por supuesto, mi mamá no estaba muy de acuerdo con mi trabajo, insitía que debía conseguirme otro trabajo, que ese no era un trabajo normal, pero bueno finalmente acepto cuidarlos durante las vacaciones.

Mientras preparaba todo para traerlos a Caracas, recibí una llamada de Raúl, después de cinco meses sin saber nada de él, llamó para preguntar si ya los niños habían terminado las clases, ya que quería llevarselos a la finca donde estaba, para que pasaran las vacaciones con él. Aunque me sorprendió su llamada y me volvieron a invadir las incertidumbres, había madurado mucho este tema, entendí que cuando una pareja no funciona, lo mejor es separarse, no se puede mantener una matrimonio por costumbre, por guardar apariencias o por no quedarse sola, así que si él quería tener los niños durante las vacaciones, me parecía justo llevárselos, ellos querían ver a su padre, lo extrañaban, yo necesitaba trabajar, y era justo que él también se hiciera cargo de ellos aunque fuera sólo por dos meses.

Mi hija mayor Jessica, no quiso irse con él, ella empezaba a guardar rencores y resentimientos en su contra, porque me había visto sufrir y trabajar mucho, era ella quien cargaba con la responsabilidad de sus hermanos mientras yo trabajaba, aunque tenían quien los cuidara, ella era como un comandante, era quien hacía que sus hermanos obedecieran y se portaran bien con la señora que cuidaba de ellos, con apenas 10 años de edad, toda esta situación la maduró prematuramente, yo jamás en mi vida les hablé mal de su papá, siempre daba una razón que justificaba su actitud, para que ellos no lo odiaran, pero ella iba mas allá de mis palabras, y no quería verlo.

De tal forma que acordé con Raúl, la fecha en que iba a Caracas, para que él fuera a buscar a los varones ya que si Jessica no quería ir con él, Claudia también debía quedarse con su abuela, ya que ellos no iban a saber cuidar de la bebé que apenas tenía 4 añitos.

Nos vimos le entregué los niños, ellos estaban felices, y las niñas quedaron en casa de su abuela, yo me devolvi a Santa Ana, cerré la casa ya que no volvería mas  en dos meses, encargué a la señora para que fuera a revisar todo al menos una vez por semana, y me fui a trabajar.

Para alcanzar el éxito se requiere de tres cosas: voluntad, valor y decisión.

Ya esto lo tenía bien claro, la Violeta Aguilera que había caido en desesperación nueve meses atrás, por miedo, por la separación de los niños, por falta de seguridad y de carácter se había quedado en el pasado, estaba dispuesta a esforzarme al máximo, que cada día que pasara lejos de mis  niños, fuera la fuerza que me empujara a triunfar y a alcanzar mis metas.
  
Día a día, lo vivía intensamente, no permitía que pasará un día sin haber hecho aunque sea una venta, tenía una meta y la iba a alcanzar, hubo días super exitosos, hubo días mas suaves, pero siempre había alguna satisfacción, pasaba la temporada y yo estaba muy feliz, mi cuenta corriente en el banco iba creciendo, y mi meta estaba cada vez mas cerca. Paralelamente al trabajo mi vida personal iba mejorando, mi autoestima crecía y se fortalecía, pude empezar a darme algunos gustos que nunca había disfrutado, una cena en un buen restaurant, ir a la peluqueria a que me consintieran, comprarme ropa, prendas, maquillaje, mi vida estaba dando un vuelco grande en poco tiempo y yo debía tener la madurez necesaria para asimilarlo y manejarlo.

Llegó el final de la temporada!!! Exitosa y gratificante!! lo mejor de todo es que ya tenía el dinero para dar mas de la mitad para una casita, podía venir a Caracas a descansar unos días, iba a ver a mis hijos y me los llevaría de regreso y les iba a poder comprar muchas cosas que aún necesitaban....

Después de celebrar, pasar por Santa Ana a revisar mis cosas, me vine a Caracas, apenas llegué me comuniqué con Raúl, le dije que ya estaba en Caracas para que me trajera a los niños, su respuesta fue “no puedo viajar ahorita, si quieres ven a buscarlos” me quedé dos días en Caracas y empecé a preparar viaje para Guayana, Jessica insitió que no quería ir, yo no quería dejarla nuevamente pero tampoco quería forzarla a ir a un lugar que no deseaba, entonces me fui a buscar a mis niños sólo con Claudia, finalmente era cuestión de tres días mientras llegaba, buscaba los niños y me regresaba.

Emprendí el largo viaje de doce horas, primero a Puerto Ordaz, allí esperé toda la tarde hasta que llegara un hermano de Raúl que me llevaría a la finca en la Sierra de Imataca, unas cuatro horas mas de viaje.

Al fin llegué, los niños me estaban esperando me saltaron encima, me llenaron de abrazos y besos,  después de saludarlos y preguntarles cómo estaban  y me llevaran a conocer la casa, le dije a Raúl, que me iría al día siguiente, el me miró.... se sonrió irónicamente y contestó “¿mañana? Si quieres irte mañana, te irás sola, los niños se quedan conmigo, si quieres vivir con tus hijos tienes que quedarte aquí, conmigo y con ellos, este es tu lugar tú eres mi esposa, y te vas a quedar aquí conmigo”
No podía creer lo que me estaba diciendo, me había tendido una trampa, para que yo fuera hasta allá, y yo caí sin darme cuenta, nunca pensé que tuviera intenciones de chantajearme con los niños para dejarme en aquel campo a horas de la  ciudad mas cercana, totalmente alejado de todo el mundo...... Después que había encontrado las respuestas.... me cambiaron las preguntas....
En el próximo post les contaré como pasaron mis dias encerrada en aquella finca, y cómo día a día iba tramando una forma de escaparme con mis niños de aquel lugar....
Me excuso con ustedes por no dejarles fotos en este post.... pero es uno de los episodios mas tristes de mi vida y muy fuerte para mi escribirlo, así que sólo me despido hasta muy pronto y gracias por seguir mi historia...


2 comentarios:

  1. Q TRISTE ES SABER Q LOS HOMBRES QUIERAN SER ESOS MACHISTAS Y COMO SEA DECIDIR X UNO, SIN CONVERSAR, ME ALEGRO CADA DIA AL LEER Y COMPRENDER Q LA HISTORIA DE CADA UNO ES DISTINTA Y DURA ANIMO Q ESTO TE HACE CRECER CADA DIA MAS Y APARTE TE SIGUE DANDO FUERZAS PARA SEGUIR ADELANTE CUÑIS

    ResponderEliminar
  2. Asi es cuñis! gracias por seguirme...

    ResponderEliminar